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Al descubierto
red de apoyo a las FARC
Manuel Olate, militante del
Partido Comunista de Chile posa junto a "Raúl Reyes" en la selva
ecuatoriana
El Nuevo herald. 07 de marzo
del 2008. La crisis desatada por la muerte de Raúl Reyes, segundo jefe
de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en una
operación militar colombiana en territorio ecuatoriano, puso al
descubierto no sólo aparentes vinculaciones del grupo guerrillero con
los gobiernos de Venezuela y Ecuador, sino además una activa y creciente
red secreta de apoyo a los rebeldes con células en media docena de
países.
Dos días antes de la incursion militar colombiana al campamento de las
FARC en Ecuador, concluía en Quito el segundo Congreso de la
Coordinadora Continental Bolivariana (CCB), que planeaba tener como
orador principal al mismísimo Raúl Reyes y que estuvo dedicado, en buena
parte, a procurarle un apoyo estratégico a la guerrilla colombiana.
Decenas de estudiantes y activistas de izquierda de varios países
latinoamericanos, entre ellos Venezuela, Perú, Chile y México, se dieron
cita en Quito y posteriormente acudieron a visitar el campamento de las
FARC en Sucumbíos, en la frontera colombo-ecuatoriana, para recibir
entrenamiento guerrillero o conocer personalmente a Reyes.
Cerca de una docena de mexicanos que se encontraban de visita o estaban
apoyando activamente al grupo guerrillero, fallecieron como consecuencia
de los ataques del 1 de marzo.
Un grupo de izquierdistas peruanos fue detenido cuando regresaba de
visitar el campamento y dos jóvenes comunistas chilenos fueron acusados
de recibir entrenamiento guerrillero.
La presencia de los mexicanos generó una investigación de la fiscalía de
México, mientras que el congreso peruano ordenó indagar un potencial
resurgimiento de grupos subversivos que apoyan a las FARC, a raíz de las
detenciones de los izquierdistas.
El gobierno de Ecuador informó ayer que continúa la búsqueda de al menos
cinco mexicanos que se encontraban en el campamento de las FARC en
Sucumbíos, junto a Lucía Morett, también mexicana y sobreviviente del
ataque militar colombiano.
La policía ecuatoriana indicó ayer que se estima que unos 15 mexicanos
se encontraban en el campamento al momento del ataque, pero se desconoce
si lograron escapar o murieron en las explosiones.
Morett, que se recupera de sus heridas en el hospital militar de Quito,
ha sido identificada por reportes de prensa en México como el enlace
mexicano de las FARC.
Ayer, desde la cubre del Grupo de Río, en Santo Domingo, el presidente
mexicano Felipe Calderón dijo que podrían haber muerto dos o más
mexicanos en ese ataque.
De acuerdo con versiones oficiales en Quito, los mexicanos eran
estudiantes y profesores de la UNAM, pero según fuentes mexicanas, por
lo menos dos de los fallecidos, Juan González y su esposa Rita,
integraban grupos de apoyo y solidaridad con las FARC que operan en el
recinto universitario.
El ministro de seguridad ecuatoriano, Gustavo Larrea, dijo que los
mexicanos fallecidos eran alumnos y profesores de la UNAM que realizaban
una investigación académica sobre la guerrilla, pero las autoridades
universitarias advirtieron que no era posible confirmar tal versión.
Según Tatiana Sule, secretaria general de la Facultad de Filosofía y
Letras de la UNAM, tanto Morett como González, los únicos mexicanos
identificados por esa universidad entre quienes se encontraban en el
campamento, no tenían asignada ninguna misión académica en el extranjero,
reportó la agencia IPS.
En Perú, siete izquierdistas peruanos que regresaban del encuentro
internacional bolivariano en la capital ecuatoriana, fueron detenidos
por la policía peruana el mismo día del ataque al campamento de las FARC.
Los detenidos habrían mantenido contactos con miembros de las FARC,
según correos electrónicos encontrados por la policía peruana.
Entre los apresados, en su mayoría mujeres, se encontraban Roque Félix
González La Rosa, Damaris Danitza Velasco Huiza, Armida Esperanza
Valladares Saba, Melissa Rocío Patiño Hinostroza, Guadalupe Alejandrina
Hilario Rivas, María Gabriel Segura y Carmen Mercedes Alfaro Oliveros.
Según el reporte policial, algunos de los detenidos integraban el
capítulo peruano de la CCB pero en realidad eran viejos miembros de
grupos subversivos como el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA),
entre ellos Roque González La Rosa y Damaris Velásquez.
"Existen correos y páginas web de las FARC donde hay relación de este
grupo subversivo con el MRTA. No vamos a permitir que esta gente genere
controversia en nuestra patria'', dijo Octavio Salazar, director general
de la policía en Perú.
De acuerdo con Salazar, el grupo está vinculado a un frustrado sabotaje
de la embajada de Estados Unidos en Lima descubierto por la policía el
año pasado.
Para ampliar las indagaciones sobre la posible reactivación de los
grupos subversivos en Perú, las autoridades anunciaron una pesquisa
sobre el financiamiento, las operaciones y actividades de las llamadas "Casas
Alba'' o de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).
La solicitud de investigación fue aprobada el jueves por la comisión de
Defensa del Congreso peruano, luego que se encontraran suficientes
indicios de una potencial "injerencia ideológica y financiera'' del
gobierno de Hugo Chávez en Perú a través de las Casas Alba.
El acuerdo para la investigación se produjo luego que el propio
presidente Alan García informara sobre la "casi certeza'' que tiene de
una intervención extranjera que está teniendo lugar en Perú, aunque no
mencionó el origen de esta intervención.
"Se tomarán medidas si continúan actos de complicidad a favor de
subversivos, terroristas o agitadores que quieren destruir la democracia
en el Perú'', afirmó.
Manuel Olate y Valeska López, dos militantes del Partido Comunista de
Chile que aparecieron vistiendo uniformes de camuflaje en fotografías y
que fueron acusados por el gobierno colombiano de recibir entrenamiento
de las FARC, negaron la versión esta semana en Santiago de Chile y
aseguraron que el objetivo de la visita era puramente periodístico.
López y Olate explicaron que debieron viajar por sus propios medios
hasta un lugar en el Río Putumayo, en territorio ecuatoriano, y de allí
se embarcaron en una canoa y luego hicieron una caminata para llegar al
campamento.
Para explicar los atuendos, los izquierdistas dijeron que debido a la
intensa lluvia del área, los guerrilleros les facilitaron temporalmente
uniformes de combate secos. "Es absurdo, es ridículo, uno no puede tener
adiestramiento en una tarde'', indicó Olate, que permaneció junto a
López entre el 25 y el 26 de febrero en el campamento.
Detallaron también que no había instalaciones para entrenamiento masivo
en el campamento y que había un máximo de 45 guerrilleros en el lugar.
Fuente: © 2008 El Nuevo Herald.
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