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Manifiesto: Libertad para Cuba
Contra el
reconocimiento de la Sucesión Dinástica, por la ingerencia Democrática
Desde el anuncio, el 31 de julio de 2006, de la hospitalización de Fidel
Castro y del traspaso (provisional) de todos sus poderes a su hermano
Raúl y a los miembros de una especie de Junta compuesta por seis
militares y civiles, la población cubana y la opinión pública
internacional están supeditadas a los partes médicos redactados con la
más absoluta opacidad y a unas puestas en escena tan ridículas como
manipuladas para hacerles creer que la salud del Comandante en Jefe está
mejorando y que puede volver a gobernar.
La evidencia es otra: Fidel Castro ya no está al frente del poder que ha
dirigido con mano de hierro durante cerca de medio siglo. Pero sigue
allí, con una presencia casi fantasmal, para permitir la organización de
su sucesión dinástica y evitar un cuestionamiento de la dictadura por un
pueblo que ya no aguanta más la falta de libertad, las privaciones y la
propaganda a ultranza. ¿Qué clase de revolución es ésa, cuyo final
desemboca en el establecimiento de una monarquía castrista? ¿Qué clase
de soberanía sigue proclamando el régimen de facto, cuando uno de sus
herederos políticos, el ex-militar golpista Hugo Chávez, se permite
hacerse el portavoz de los deseos del pueblo no sólo venezolano sino
también cubano, pretendiendo además ser designado « presidente vitalicio
», a imagen y semejanza de su guía espiritual?
¿Quién gobierna realmente en Cuba hoy día?
La comunidad internacional no puede acatar a ese sucesor ilegítimo que
es Raúl Castro, designado como tal por el Partido comunista y una
Constitución absolutamente anti-democrática, un hombre tan cruel como su
hermano mayor, responsable de los primeros fusilamientos masivos en
Cuba, culpable del asesinato de decenas de opositores, jefe de unas
fuerzas represivas y militares que han sembrado destrucción y muerte en
los cuatro puntos cardinales bajo pretexto de « solidaridad
internacionalista ». La apertura en Cuba no puede venir ni de él ni de
los hombres que están a su alrededor, todos ellos con un pasado de
complicidad en la opresión de los cubanos, ni tampoco de los militares,
que siempre han acatado la represión y hoy se encuentran al frente de
una economía devastada.
Los países democráticos del mundo, particularmente los integrantes de la
Unión Europea, los Estados Unidos y Canadá, así como las naciones
latinoamericanas que no estén sometidas a la política castrista, deben
negarse a reconocer a un nuevo gobernante y a un equipo que no tengan
ningún reconocimiento popular. Todos tienen un deber de ingerencia
democrática en una isla que ha batido todas los marcas en materia de
negación de los derechos más elementales y en el culto de la
personalidad a un hombre que sólo ha logrado mantenerla en la mayor
inseguridad en cuanto a su futuro. Otro porvenir es posible,
contemplando la liberación de los presos políticos, el restablecimiento
inmediato de las libertades democráticas, la organización de elecciones
libres, el derecho al retorno de los exiliados, la posibilidad para
todos los cubanos de viajar según sus deseos y la justicia por todos los
crímenes y atropellos cometidos durante la dictadura. La opinión pública
internacional estará dispuesta a apoyar, de eso estamos seguros, a las
fuerzas de la disidencia interna y a las organizaciones democráticas del
exilio, sin exclusión.
El pueblo cubano tiene derecho a la transparencia, a la verdad y a la
libertad.
¡Para Cuba, ya es hora!
Primeras firmas :
Jacobo Machover, escritor, catedrático universitario (París)
Zoé Valdés, Dr.h.c.,escritora (París),Caballero de las Artes y de
las Letras de la Legión de Honor en Francia.
Jesús Zúñiga, periodista independiente (París)
César L. Alarcón, Dr.h.c., (Presidente del MCUD) (Baltimore)
Lázaro González, ex-preso de conciencia (Director de SOS Justicia) (Estados
Unidos)
Dariel Alarcón Ramírez, (« Benigno »), escritor, ex-guerrillero
(París)
Laurent Muller, Asociación Europea Cuba Libre. (París)
Armando de Armas, escritor, periodista (Miami)
Olivier Languepin, escritor, periodista (Bangkok)
Leopoldo Fornés, historiador, escritor (Madrid)
Romy Sánchez, estudiante, doctorante (Madrid)
Rosario Hiriart, escritora, editora (Nueva York)
Rodolfo González, documentalista, cineasta (Miami)
Alexis Gaínza, periodista (Suecia)
Pedro López, Primer Partido Nacionalista Democrático de Cuba
(Estados Unidos)
Antonio Corzo, Ingeniero (México)
Wilfredo Ventura, MD, ex-preso político. (Estados Unidos)
Ricardo Bofill, Dr., Fundador Comité Cubano Pro Derechos Humanos.
(Estados Unidos)
Ismael Sambra, ex-preso político, (Presidente Fundación Cubano
Canadiense) (Canadá)
Higinio Barrera-Causse, ex-preso político, escritor (Pennsylavannia)
Contacto: jacobo.machover@wanadoo.fr
Francés:
MANIFESTE LIBERTÉ POUR
CUBA
CONTRE LA
RECONNAISSANCE DE LA SUCCESSION DYNASTIQUE, POUR UNE INGERENCE
DEMOCRATIQUE
Depuis l’annonce, le 31 juillet 2006, de l’hospitalisation de Fidel
Castro et de la transmission (provisoire) de tous ses pouvoirs à son
frère Raúl et aux membres d’une sorte de Junte composée de six
personnalités, militaires et civiles, la population cubaine et l’opinion
publique internationale fonctionnent au rythme de bulletins médicaux
rédigés dans l’opacité la plus totale et de mises en scène aussi
ridicules que manipulées afin de leur faire croire que la santé du
Commandant en chef connaît une amélioration et qu’il pourra gouverner à
nouveau.
La vérité est toute autre : Fidel Castro n’exerce plus le pouvoir qu’il
a dirigé d’une main de fer depuis près d’un demi-siècle. Mais sa
présence, presque fantomatique, se fait toujours sentir, dans le but de
permettre l’organisation de sa succession dynastique et d’éviter une
remise en question de la dictature par un peuple qui ne supporte plus
l’absence de liberté, les privations et la propagande outrancière.
Quelle sorte de révolution est-ce là, dont la fin aboutit à la mise en
place d’une monarchie castriste ? Quelle sorte de souveraineté est celle
que le régime de facto continue à proclamer, alors que l’un de ses
héritiers politiques, l’ex-militaire putschiste Hugo Chávez, se permet
de s’attribuer le rôle de porte-parole non seulement du peuple
vénézuélien mais aussi du peuple cubain, et prétend en outre être
désigné comme « président à vie », à l’instar de son guide spirituel ?
Qui gouverne réellement Cuba aujourd’hui ?
La communauté internationale ne peut accepter ce successeur illégitime
qu’est Raúl Castro, un homme aussi cruel que son frère aîné, désigné par
le Parti communiste et par une Constitution résolument anti-démocratique,
qui est responsable des premières exécutions massives à Cuba, coupable
de l’assassinat de dizaines d’opposants et est aussi le chef des forces
répressives et militaires qui ont semé la destruction et la mort aux
quatre coins du globe sous prétexte de « solidarité internationaliste ».
L’ouverture à Cuba ne peut venir ni de lui ni des hommes qui sont autour
de lui. Tous un passé de complicité dans l’oppression des Cubains, de
même que les militaires, qui ont toujours appuyé la répression et qui
aujourd’hui contrôlent l’économie dévastée du pays.
Les pays démocratiques du monde entier, particulièrement ceux de l’Union
Européenne, les États-Unis et le Canada, ainsi que les nations latino-américaines
qui ne soient pas soumises aux desseins politiques castristes, doivent
refuser de reconnaître un nouveau dirigeant et une équipe qui ne
disposent d’aucune reconnaissance populaire. Tous ont un devoir
d’ingérence démocratique envers une île qui a battu tous les records
dans la négation des droits les plus élémentaires et dans le culte à la
personnalité d’un homme qui n’a réussi qu’à créer les plus grandes
incertitudes quant au futur de Cuba. Un autre avenir est possible, avec
la libération des prisonniers politiques, le rétablissement immédiat des
libertés démocratiques, l’organisation d’élections libres, le droit au
retour des exilés, la possibilité pour tous les Cubains de voyager quand
bon leur semble et la justice pour tous les crimes et atteintes aux
libertés commis au cours de la dictature. L’opinion publique
internationale serait toute prête à appuyer, nous en sommes certains,
les forces de la dissidence interne et les organisations démocratiques
en exil, sans aucune exclusion.
Le peuple cubain a droit à la transparence, à la vérité et à la liberté.
À Cuba, l’heure du changement est venue.
Premières signatures :
Jacobo Machover, écrivain, universitaire (Paris)
Zoé Valdés, Dr.h.c., écrivain (Paris), Chévalier des Arts et des
Lettres de la Légion
d'Honneur, France.
Jesús Zúñiga, journaliste indépendant (Paris)
César Alarcón, Dr.h.c., ingénieur, président du Mouvement cubain d’unité
démocratique (MCUD) (Baltimore)
Lázaro González, ancien prisonnier politique (États-Unis)
Dariel Alarcón Ramírez, (« Benigno »), écrivain, ancien
guérillero (Paris)
Laurent Muller, Asociación Europea Cuba Libre, (Paris)
Contact: jacobo.machover@wanadoo.fr
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