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Preocupa el costo de los viajes
del presidente de FIU.
Noah Bierman, The Miami Herald. Un soleado día veraniego del 2004, el
presidente de la única universidad pública que existe en el Condado
Miami-Dade viajó hasta la oficina del senador estatal Ken Pruitt, en
Port St. Lucie con el objetivo de tratar de conseguir más dinero para la
escuela.
En vez de emplear el automóvil Buick que le paga el estado floridano
para hacer el viaje de dos horas y media, Modesto ''Mitch'' Maidique,
presidente de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), alquiló
un avión privado. Luego, para recorrer las 13 millas que hay entre el
aeropuerto de St. Lucie y la oficina del senador Pruitt, Maidique
contrató los servicios de la compañía de limosinas Diamond Limousine. El
costo total del viaje fue de $1,616. El tiempo total, según su
itinerario, fue de dos horas y 15 minutos.
No era la primera ni la última vez que Maidique había viajado
lujosamente. En los últimos cuatro años, el presidente de la FIU ha
gastado miles de dólares de la FIU en aviones privados, servicios de
limosinas y alojamiento en algunos de los hoteles más suntuosos de todo
el mundo, de acuerdo con un detallado análisis que hizo el Miami Herald
sobre sus documentos de viajes.
''El costo de mi tiempo es muy alto'', dijo Maidique. El uso de
limosinas, por ejemplo, ''no se trata de que quiero disfrutar de un gran
comodidad, sino que tengo que utilizar al máximo mi efectividad''. Sin
embargo, la forma en que Maidique viaja contrasta ostensiblemente con su
afirmación constante de que a la joven universidad le faltan fondos y
que necesita ''buscar cada dólar bajo cualquier piedra''.
Los viajes de Maidique están contemplados y permitidos en su contrato de
trabajo, con algunas limitaciones. Su contrato le garantiza, por ejemplo,
$25,000 adicionales al año de la fundación privada de FIU para cubrir
gastos que no deben reembolsarse del dinero estatal de impuestos, algo
que es común entre los presidentes de las universidades estatales de la
Florida.
En los últimos cuatro años, según los documentos analizados, Maidique se
ha alojado en el Hotel Plaza en Nueva York, el St. Regis en Washington y
el Ritz en Madrid, una ciudad donde sus gastos de taxis fueron de más de
$1,000. De igual modo, hizo un viaje de 14 horas en limosina alrededor
de Connecticut, así como también un viaje de cuatro días a París que
costó $6,700.
Maidique es el único empleado de la FIU que puede autorizar su propio
viaje, pero la junta de fideicomisarios ahora tiene planeado realizar
una auditoría de sus documentos de viajes cada seis meses.
La semana pasada, un día antes de que The Miami Herald le hiciera una
entrevista, Maidique decidió devolverle a la escuela $2,950 por ``ya que
la línea entre gastos personales y de la universidad (negocios) no
estaba claramente determinada''.
Maidique dijo que es el equipo de su oficina quien se encarga de manejar
sus gastos y que no revisa la mayor parte de sus gastos de viaje antes
de permitir que se firmen electrónicamente, pero que esta práctica
cambiará.
''Después de esta revisión, probablemente estableceremos regulaciones
mucho más estrictas, no sólo porque se trata de una cuestión económica,
sino también por la impresión que podría dejar'', afirmó Maidique.
Maidique, de 65 años, aseguró que planea revisar sus propios gastos de
viaje personalmente antes de firmar informes de gastos y también pedirle
al equipo de su oficina que reserven boletos de avión más baratos
siempre que su agenda se lo permita.
Por lo general, los fondos para los viajes de Maidique son una
combinación de dinero estatal de impuestos y dinero de la fundación
recaudado de los donantes y de influyentes benefactores de la FIU.
Durante el período de cuatro años que analizó el Herald, Maidique gastó
anualmente alrededor de $80,000 en dinero estatal y cerca de $60,000 en
dinero de la fundación.
Se supone que el dinero de fundación se emplee para beneficio de la
universidad pública, pero se analiza mucho menos que el dinero de los
contribuyentes.
Jesús Díaz Jr., presidente de The Miami Herald Media Company, es el
director del comité de auditoría de la Fundación FIU y pertenece a la
junta desde el 2003.
Durante casi 20 años, Maidique se ha encargado de supervisar la
transformación de FIU, que se ha logrado convertir de una pequeña
escuela de computadoras en una gran universidad de investigación con
formidables programas de graduación. Otros presidentes de universidades
estatales de la Florida gozan de privilegios similares, como por ejemplo
Bernie Machen, presidente de la Universidad de la Florida, quien ha
tenido acceso a dos aviones privados que son propiedad de la asociación
atlética de la institución.
No obstante, la FIU todavía continúa necesitada de dinero, ya que los
fondos con que cuenta son marcadamente inferiores a los que tienen la
mayoría de las otras universidades. El dinero también es un problema
para sus 37,000 estudiantes, de los cuales el 59 por ciento depende de
la ayuda financiera.
Fuente: The Miami Herald
Mar. 07, 2006
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