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Inaceptable que Cuba sea miembro de Comisión de Derechos Humanos.
París.- La Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Louise
Arbour, considera "inaceptable" que un país sea miembro de la Comisión
de Derechos Humanos (CDH) y prohíba el acceso a su territorio a los
relatores de la organización mundial.
En una entrevista publicada hoy por el diario francés "Libération", la
jurista canadiense, que ocupa el cargo desde el pasado 1 de julio, no
mencionó casos concretos, pero Cuba es uno de los países que están en
esta situación.
El pasado abril, la CDH aprobó una resolución contra Cuba, en la que se
deploran las condenas dictadas en 2003 contra disidentes y periodistas
cubanos y se insta al Gobierno de Fidel Castro a recibir a un
representante del Alto Comisionado de Derechos Humanos.
Preguntada sobre la reforma de la CDH, Arbour dijo que habría que ser
muy ingenuo para creer que "un foro intergubernamental deje de estar
politizado en asuntos ultrasensibles".
Para avanzar, hay que "responsabilizar a los Estados y hacerles pagar el
precio de su decisión", dijo la sucesora del brasileño Sergio Vieira de
Mello, muerto en un atentado en Bagdad en 2003.
"No creo en criterios objetivos que determinen quien es ’bueno’ y quien
es ’malo’", explicó Arbour, al abogar porque se continúe el trabajo "en
esta cacofonía que es la comunidad internacional".
Preguntada sobre la presidencia libia de la CDH en 2003 o el que Estados
poderosos o protegidos eludan condenas, reconoció que esto plantea un
problema de "credibilidad institucional".
Hay que hacer entender a los países que tienen un "interés concreto en
ocupar el terreno moral en política", dijo Arbour, quien advirtió de que
"si la CDH quiere suicidarse, nadie podrá impedírselo".
Lamentó que el "avance posible sobre los derechos económicos y sociales
ha sido abandonado" cuando la agenda basculó después de los atentados
del 11 de septiembre de 2001 en EE.UU. y hubo que proteger los derechos
civiles y políticos, víctimas colaterales de la lucha contra el
terrorismo.
La Alta Comisionada señaló que es preciso establecer un equilibrio entre
la voluntad de promover los derechos humanos en colaboración con los
Estados "y la de no ser prisionero de esta relación".
"Si se producen violaciones masivas, quiero poder denunciarlas. En
materia de denuncia pública, seré muy pragmática", dijo Arbour, que se
guiará por el interés de la "eficacia".
Su otra prioridad es llevar a cabo una política "muy voluntarista"
cuando poblaciones no tengan acceso a derechos fundamentales, como el
derecho a la educación o la sanidad.
Arbour, que quiere crear una fuerza de intervención rápida de los
derechos humanos "sin la connotación militar", ha hecho una reflexión
sobre "los criterios que deben dictar nuestra presencia en el terreno",
sin duplicar el trabajo de otras agencias o de ONGs.
Fuente: La Nueva Cuba
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