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Artículos
De la pista o de la peste a peo
Por Zoé Valdés
Este post se iba a llamar “De la pista”, pero le he cambiado el título
por “De la peste a peo”. Hace unos días, mientras conversaba con un
amigo, me hizo la siguiente reflexión: “El guión es perfecto, y no cabe
dudas de que existe”. Sí, yo también lo pienso, hay un guión en el
tintero, o mejor, ya está escrito, y estamos en la fase del rodaje. Voy
a poner a los lectores de este blog en la pista de la peste a peo:
Miriam Leyva es la esposa de Oscar Espinosa Cheque, digo, Chepe, antigua
Dama de Blanco que renunció al movimiento pacifista para devenir
periodista independiente, aunque ella ya vivía del pago de traducciones
por entrevistas. Oscar Espinosa Chepe, también es economista y
periodista independiente, estuvo en prisión en los primeros años de la
Primavera Negra del 2003. Después de salir de la cárcel se ha mantenido
con un discurso moderado en relación al régimen. Ambos no sólo apoyaron
el Concierto de Juanes en Cuba, además instigaron a un grupo de presos,
junto a Héctor Palacios, a que firmaran una carta de apoyo al concierto,
algunos de estos presos se retractó después de apoyar el evento,
alegando que no les habían dado la información necesaria.
Miriam Leyva y Espinosa Chepe hace poco abrieron –o están en el intento
de abrir- un blog “gracias al apoyo de unos amigos”. Varios blogueros
mencionan a Espinosa Chepe como ejemplo de prisionero de la Primavera
Negra en entrevistas al extranjero; pudieron haber mencionado a Biscet,
o a Zapata Tamayo, pero ellos hicieron hincapié en Chepe, en una
entrevista en ABC.
Héctor Palacios también fue preso político de la Primavera Negra, salió
de la cárcel para España con una licencian extrapenal, dado que se
encontraba muy enfermo. Su esposa Gisela Delgado lo acompañaba. A ella
la conocí durante la presentación de FECUS, y me pareció una persona
discreta, con él hablé por teléfono, y fue muy amable. Viajó a Estados
Unidos, fue entrevistado por los medios locales, y decidió regresar a
Cuba. Yo me maravillo de cómo viajan los cubanos hoy de país en país,
cuando yo, para asistir como escritora reconocida a la Feria del Libro
de Miami, en pleno éxito, hubo que molestar hasta a Clinton, en el año
1996. Fue después que empecé a ver cómo se movía y se manifestaba Héctor
Palacios, que no me gustó su posición, en relación al régimen. Pero me
dije que cada cual está en su derecho de ser como es, y de opinar y
hacer lo que quiera, en democracia. Él se dice liberal, pero en verdad
se comporta como un socialista puro y duro, y Cuba no vive en democracia,
vive desde hace 51 años bajo una férrea dictadura que lo encarceló por
pensar diferente.
Hace también unos días, otro escritor (no menciono nombres porque no he
consultado con ellos si puedo citarlos o no), me comentaba que en Cuba
pasaría lo mismo que en la URSS, que la perestroika la iniciaron algunos
dirigentes y unos cuantos disidentes e intelectuales, pero que ninguno
de ellos decidió nada en el país, que finalmente triunfaron los bisneros.
Porque, ¿qué fue Putin? Un bisnero de la KGB. Entonces, en la isla, que
no tiene por qué quedarse atrás, la voz cantante y final, la llevarán
los bisneros del G2. A mí ese tipo de intriga social siempre me ha
fascinado, y hasta estuve de acuerdo con el punto de vista del escritor.
Pero han pasado algunas horas y he seguido dándole vueltas a la cosa, y
el problema es que en Cuba, los dirigentes, los disidentes, los
intelectuales (que ellos mismos se autodenominan como tales), y demás,
absolutamente todos, son bisneros. Habría que espulgar quiénes son los
bisneros de vocación y a los que lo son por obligación, pero ahí también
todo se confunde.
Donde no se confunde la cosa es cuando regresamos al plan, al guión
escrito desde afuera, por algunas fuerzas políticas que deben de ser de
izquierdas, quizás de las mismas que mandaron la flotilla a Israel. El
terrorismo de Carlos, el Chacal, al acabarse la Guerra Fría, se terminó
como estilo, otros estilos se han ido imponiendo. Uno de ellos es el
terrorismo diplomático, que lo inventó también Castro I.
Los socialistas cubanos siempre han sido manipulados desde el extranjero.
Y si no, recuerden a los Ordoqui-Buchaca, manejados desde el Kremlin, en
su momento; y luego al propio Castro I, porque el II ya venía con la
cabeza repleta de mierda soviética, embutida por Alfredo Guevara.
Hay un grupo de socialistas cubanos, y de socialdemócratas que creen que
la cosa en Cuba puede cambiar con Raúl. Son los que se han prometido
cambiar el raulismo hacia un raulismo light (el término es mío). A estos
socialistas les ha venido la reciente situación como anillo al dedo, y
se han metido a desbaratar al único movimiento que vale la pena, visto
fuera de Cuba, el de las Damas de Blanco, porque de este modo, ellos
vuelven a existir en el tintero de la prensa internacional.
Que la Iglesia esté en el medio también les conviene, porque la Iglesia
siempre pierde cuando se mete en intrigas políticas, y eso ellos lo
saben, entonces ya han echado a rodar que el Vaticano está bravito,
bravito. Cosa de Iluminatis, para usar los métodos de Dan Brown.
En medio de todo eso, Guillermo Fariñas, que es una mezcla de todo eso,
y que si vive, se quedaría como el único líder válido de la disidencia.
Hará ahora unos meses, Yoani Sánchez manifestó pacíficamente con las
Damas de Blanco, no se colocó detrás en la fila, encabezó la marcha, lo
que le permitía ser distinguida en el video que Orlando Luís Pardo tomó
de las Damas, y en otro que ella también filmó. Pero mucho antes, Yoani
Sánchez también apoyó el concierto de Juanes, semanas más tarde hizo una
entrevista al presidente de los Estados Unidos: Barack Obama; las mismas
cinco preguntas que le hizo a Obama se las hizo, en igualdad de
condiciones, y sin distinción de ningún tipo, al dictador Raúl Castro.
Esto que escribo aquí se lo he enviado a ella por email, y lo he escrito
en múltiples ocasiones. Esto se llama en política, “jugar al tío vivo”.
A la larga, o a la corta, tal vez un día descubriremos, que el guión ha
sido escrito por el propio régimen, o quizás el autor es el gobierno de
Obama, o tal vez la autoría provenga, sencillamente, de un grupo de
voraces que usan el dolor de Cuba para llenarse los bolsillos, en Europa.
En Europa sobran los Tartufos, eso lo sabemos de sobra, y lo mismo
pueden ser adeptos del Islam como del Opus Dei, que son los que manejan
la hotelería.
¿Todos están siendo manipulados en este guión -me refiero a los cubanos
de adentro- o hay alguien que se están forrando por debajo del tapete?
Es más que probable, y no hay nada más doloroso, si sabemos, que en
medio de esa morralla a la cubana, en esa peste a peo, han metido a los
presos, a las Damas de Blanco, y a la gente que de verdad cree en la
libertad de Cuba, y a un grupo de periodistas independientes devenidos
blogueros que también creen en su profesión.
Lo que sí es cierto es que la película toma cada vez matices más
interesantes, producida por una pequeña parte de la mediocridad del
exilio que renuncia a llamarse exilio, y que de un tiempo a esta parte
se denomina emigración o diáspora, y con acompañamiento musical de una
orquesta en decadencia -¿no fue así como le llamaron a la Lupe, a Celia
y a Olga desde Cuba?-, nada más y nada menos que los autores, muy
distantes, de aquella “Marilú”, y el Silvio Rodríguez en gira por el
país que más ha odiado en los últimos años, aunque declare cínicamente
lo contrario. Pero los tiempos han cambiado, sobre todo en época de
crisis económica. Y a quiénes y qué está defendiendo Silvio Rodríguez, a
un sistema muerto, que sólo vive del capitalismo a ultranza –como China,
todavía más salvaje-, y a unos delincuentes que él insiste en llamar
héroes, no porque el pueblo los llame de ese modo, porque Castro I y
Castro II le han dado la orden de cantar para ellos y de nombrar a esos
miserables en sus “impolutos”conciertos, en los que hasta le molesta que
el público coree las canciones.
El filme tendría un “final feliz políticamente correcto” –según otro
amigo-, que no puede ser otro que el siguiente:
Día soleado, Plano americano: Barack Obama desciende las escalerillas de
un avión de Cubana, se desliza lentamente junto a Michelle, vestida de
amarillo por el diseñador Narciso Rodríguez (muy a pesar del propio
diseñador, supongo), con una orquídea de la Sierra Maestra a un lado del
pelo. Abajo, los reciben Raúl Castro, Mariela Castro, Oscar Espinosa “Cheque”,
Miriam Leyva, Héctor Palacios, y Gisela Delgado, ah, y Yoani Sánchez,
todos llevan orquídeas enganchadas a un lado del pelo. Ovación cerrada,
se escuchan las notas del himno patrio. Segundo final o post final:
Yoani Sánchez viaja a Estocolmo a recoger el Nobel de la Paz, que ha
recibido compartido con Fidel Castro, quien se halla junto a ella, de
mano, en una silla de ruedas.
Para ese entonces Guillermo Fariñas todavía estaría en huelga de hambre
o en una tumba, aunque lo preferiríamos vivo, junto a las Damas de
Blanco.
¿No es lo que pidió Juanes en su concierto? El Michel Legrand impuesto,
aún sin conocer quién es el compositor del Concertoratoria con la
Declaración Universal de los Derechos Humanos como texto principal.
¿Otro guión sería posible? Depende de nosotros.
Lo importante es saber quién está detrás de la idea de que le quiten el
apoyo a los disidentes, a las Damas de Blanco, a los presos políticos,
para dárselo a un puñado de auto-ególatras. Alguien me susurra que puede
que sea Joe García, a quien conocí en casa de María Elvira Salazar, hace
años. Un mamerto que anda maquillado por Lincoln Road a pleno sol. Por
cierto, yo Biscet, lo primero que haría cuando me dieran la libertad y
pudiera salir y entrar de Cuba –en un futuro, claro-, es buscar al
Armongol y meterle una buena bota de Pong en el culo.
¿Qué hace Elsa Morejón firmando una carta en contra de las Damas de
Blanco? No lo entiendo, pero puedo entender que se trate de una mujer
acorralada por su propio dolor, y puedo entender al resto de las 35 que
también firmaron. Porque lo que interesa, principalmente, es que los
presos políticos sean liberados, y que puedan volver a vivir con sus
ideas y con sus deseos de libertad, en libertad.
Ahora, cáiganme a trompadas, que ya yo daré las mías; porque de los
Santos de la Secta no se puede decir ni mú, te queman en la hoguera,
igualito que en el 59 que no se podía ni tocar con un pelo al Diablo de
la Secta, paredón, palito, palito, y patria o muerte, venceremos… Al
cabo de 51 años, son más cadáveres que vencedores.
Junio 5, 2010.
Fuente:
ZoeValdes.net
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