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Artículos
Reflexión sobre el documento de Osvaldo Payá. ( II )
Un Embrollo Legal y Administrativo.
Por: Alberto Luzárraga
Fuente: www.futurodecuba.org
En el artículo anterior criticamos la falta de respeto al principio de
igualdad ante la ley que contenía el sistema propuesto para integrar el
Consejo Nacional de Gobierno Transitorio (CNGT).
Pero además es casi imposible entender como funcionaría. La lectura del
Proyecto (http://mclpaya.org) tortura el entendimiento porque su
razonamiento es circular y de ahí el título. No hay premisas claras ni
conclusiones. Dijimos anteriormente que vamos a analizar la propuesta
sólo en base de si funciona o no. Citaremos a menudo, pues las
paráfrasis no muestran el pensamiento original.
De acuerdo con la propuesta, surgirían "Comités de Base de Diálogo y
Reconciliación (CBDR) que:"garantizan la presencia del pueblo desde la
base, en el proceso de transición. Estos comités de base se formarán en
todos los centros de trabajo, cuarteles, barrios y escuelas. El propio
proceso de Diálogo Nacional servirá de marco para la integración
definitiva del Comité Ciudadano de Diálogo y Reconciliación que tendrá
en sus Comité de Base de Reconciliación y Dialogo (CBRD), en los barrios
y comunidades, la vinculación con los ciudadanos y la fuentes de opinión
mas legítimas."
No se explica como funcionan esos Comités de Base. Aparentemente de
ellos surge el 'Comité Ciudadano' aunque tampoco se explica cómo se
eligen los miembros de ambos, ni cuántos son, ni como funcionan. Ambos
temas son esenciales porque este 'Comité Ciudadano' nombraría 15 de los
33 miembros del Consejo Nacional de Gobierno Transitorio (CNGT). Esto se
complica, porque "el Comité Ciudadano de Reconciliación y Diálogo (CCRD)
será legalizado ( el efecto legaliza a la causa?) por el CNGT, tendrá la
misión especial en este proceso transitorio de representar la opinión
ciudadana y velar por el cumplimiento del PT y sus recomendaciones y
opiniones deberán ser tomadas en cuenta en todas las instancias del
Gobierno."
No entendemos que significa 'será legalizado', ni entendemos como un
gobierno puede tomar en cuenta opiniones y recomendaciones de un
organismo amorfo sin reglamento, número de miembros y método. Si se
trata de mero teatro político para que la gente se desahogue, mientras
el gobierno actúa, entonces sí entendemos, pero sería una farsa. Si esta
conclusión es errada, y esto va en serio, entonces no cabe duda de que
el sistema es demencial.
Cumple imaginarse la reforma de un país devastado con este sistema: "Los
CBRD canalizarán las críticas, opiniones y sugerencias de los colectivos
que representan a través del CCRD Nacional o planteándolas directamente
a los Gobiernos locales, administraciones y mandos militares. Será
obligación de las administraciones y direcciones de las empresas
realizar diálogos con estos Comité en el proceso de transformación de la
propiedad, las estructuras y los cambios de política en todas las
empresas e instituciones para aplicar el PT." El resultado sería una
confusión monumental, pero en fin ese es el sistema en que han vivido en
Cuba por muchos años: Muchos discursos, 'análisis por las masas',
acuerdos, declaraciones y resultado cero porque el gobierno hace lo que
le place y casi siempre yerra.
Nos dice Payá que esta cacofonía nacional dará a luz el Programa
Transitorio. "Este Programa Transitorio que saldrá del pueblo en el
Diálogo Nacional, sería la ley de tránsito para la etapa de cambios
necesarios en Cuba."
Pensar que una Ley de Tránsito puede salir de una serie de
conversaciones más o menos tumultuarias es algo que supera a la
imaginación y revela una profunda ignorancia de lo que es una Ley y como
se confecciona. Pero resulta que el Gobierno propuesto por Payá depende
de que se apruebe dicha 'Ley.' "Esta Ley de Tránsito sólo será (sic)
vigente a partir de la aprobación de la mayoría de los ciudadanos
cubanos expresada en un referendo realizado libre y democráticamente. El
gobierno que funcionará en la primera etapa de la transición definida en
este Programa sólo tendrá vigencia a partir de la aprobación popular
expresada en este referendo.'' Hablamos de lógica circular al comienzo.
He aquí un ejemplo. No hay gobierno sin Ley de Tránsito, no hay Ley de
Tránsito sin referendo pero obviamente no puede haber referendo sin
gobierno que lo facilite.
En fin, logrado el milagro anterior se inaugura la 'primera etapa' que
durará de 180 a 270 días a juicio del Gobierno Transitorio. No se dice,
pero aparentemente antes del referendo y en defecto de un vacío de poder,
sigue en funciones el mismo gobierno comunista totalitario que sería el
encargado de realizar dicho referendo. ¿Cómo y en que forma? Dónde está
la voluntad de cambio a fondo?
Durante este período inicial 33 señores (la pentarquía en Cuba duró
semanas) gobiernan a Cuba y toman decisiones que tienen grandes
consecuencias. 15 de ellos no se sabe quienes pueden ser, ni exactamente
de donde salen, ni por que método se escogen o nombran, ni que
capacidades personales deben tener. 15 son miembros de la Castro-complaciente
Asamblea del Poder Popular. Los 3 faltantes son un católico, un bautista
y un masón.(explicamos en el artículo anterior los problemas inherentes
a escoger personas en esa forma)¿ Y a todas éstas, quién es el jefe?
El número de gobernantes y la falta de cohesión, autoridad y método no
arredra al ponente que dice: "En esta etapa se nombran nuevos tribunales,
así como nuevos Consejos Provinciales y Municipales de Gobierno. Estos
Consejos Municipales y Provinciales no son elegidos en esta etapa pero
mantendrán una relación estrecha con los Comité Ciudadanos." En la
primera etapa el CNGT nombra las comisiones que sí podrán integrar
también cubanos del exilo. Estas comisiones tomarán control de los
ministerios o grupos de ministerios, así como de empresas y actividades
afines."
Las comisiones y subcomisiones de 'control' son legión abrumadora,
aunque no se dice de cuantos miembros constan ni como funcionan. Pero
resulta que ese 'control' es sólo aparente porque mientras tanto "Los
miembros del PCC y sus cuadros, pueden seguir en sus labores
administrativas, de dirección, profesionales y técnicas, pero como
funcionarios o trabajadores, sean ministros o empleados, sin ser
discriminados ni limitados en posibilidades. Queda claro que los
comunistas son parte del proceso transitorio, pero ya no estarán por
encima de la sociedad y sus instituciones."
Cualquiera que haya administrado una quiebra o reestructurado una
empresa sabe que lo primero a hacer es personarse con un equipo
competente en la empresa y averiguar. ¿Qué activos y pasivos hay?, ¿Quién
es quién?, ¿Quién hace que cosa? Y entonces actuar. Crear burocracias y
comisiones para controlar otra burocracia es simplemente incompetente.
No se trata de intercambiar cuestionarios e informes. Se trata de
gobernar y resolver problemas. Sin autoridad ejecutiva no se resuelve
nada. Los comunistas en funciones gobernarán y con gusto enviarán todos
los documentos que les pidan. Rellenar cuestionarios es su sistema de
trabajo.
Pero por las dudas, y a fin de que no le falte nada a la alta
nomenclatura, se les conserva en el uso y disfrute de sus propiedades y
se les concede una amnistía que cubre:
" a todos los cubanos que en función de sus cargos militares o civiles
hayan cometido abusos, arbitrariedades, actos criminales, maltratos,
delaciones que dañaran a otras personas y familias por motivos políticos
o religiosos y a cualquier tipo de violaciones de los derechos humanos
tanto de ciudadanos como de grupos." "a todos los cubanos que apoyándose
en su militancia política o su pertenencia a alguna organización
vinculada con el Partido Comunista o abusando de la desventaja de
ciudadanos señalados como desafectos al Gobierno, hayan participado
directamente o cooperando de cualquier forma en los actos comprendidos
en el acápite c de este decreto de amnistía. "
La Ley de Tránsito propuesta es un verdadero 'ajiaco.'Por un lado
artículos constitucionales sacados en parte de la constitución del 40,
mezclados con otros copiados de la constitución comunista, y junto a
ello temas administrativos muy pobremente concebidos y definidos.
No para ahí la cosa. Los 33 señores, entre infinidad de funciones,
tienen las siguientes: Discutir y aprobar los planes de desarrollo
económicos y sociales. Discutir y aprobar el presupuesto del estado.
Acordar el sistema monetario y crediticio. Declarar el estado de guerra
en caso de agresión militar ( ¿Haití podría aprovechar la confusión e
invadir? ) y aprobar los tratados de paz. Elegir la presidencia,
vicepresidencia y demás jueces del Tribunal Supremo. Elegir al Fiscal
General y a los Vice-Fiscales Generales de la República.
Payá muestra tener ideas muy superficiales sobre como se reorganiza un
gobierno inoperante, un Poder Judicial sumiso y una economía destrozada.
Aparentemente piensa que escribir generalidades es lograr. Sin equipo de
primera, método, e ideas claras no se logra nada. Y todavía no conocemos
ni un nombre del equipo que dice haberlo ayudado a redactar este plan.
Para colmo, los 33 gobernantes convocarán a elecciones para una Asamblea
Constituyente que debe dictar una nueva Constitución en un plazo de 90
días y al mismo tiempo servir de Asamblea Legislativa. Es una mezcla
absurda de funciones. Cien o más cubanos constituyentes y legisladores.
¿Y acaban en 90 días? Desde luego cómo se eligen los delegados, eso
tampoco está previsto.
Algunos piensan que al aceptar Payá lo que era obvio, o sea, que la
Constitución castrista/estalinista no es base de referencia para un
cambio, se ha avanzado. No es así porque la alta nomenclatura del
sistema sigue vigente y protegida en cuanto a inmunidad criminal y sus
propiedades. El resultado neto es casi lo mismo que existe hoy, con el
añadido de esperanzas de reforma eventual.
Detallar los errores jurídicos, constitucionales y organizativos uno por
uno aburriría al lector. Los remitimos al documento con una advertencia:
Su lectura produce frustración. No se puede pretender arreglar un país
devastado que necesita el esfuerzo de todos, hablar de la 'Civilización
del Amor', de que "todo lo que se haga será lo que quiera el pueblo y
como quiera el pueblo en un ambiente de fraternidad y respeto de los
derechos de todos los cubanos" y pretender imponer distintas clases de
cubanos y un sistema que no tiene lógica. Es simplemente
incongruente.
Las incongruencias abundan. Ejemplo: Los 15 miembros de la Asamblea
Popular que formarían parte del gobierno transitorio fueron parte de la
Asamblea que rechazó el Proyecto Varela. No obstante, para aumentar la
confusión de este infeliz documento, Payá nos dice "si fuera aprobado el
Proyecto Varela en referendo, entonces los cubanos ya tendrían
garantizados los derechos de la libre expresión, asociación y de
elecciones libres, por lo que no sería necesaria la creación de un
Gobierno Transitorio." Lo repite varias veces, lo que indicaría que
quizás tiene esperanzas de una 'Conversión Paulina' de la Asamblea.
En otras ocasiones hemos comentado los procesos de Europa Oriental y el
de España. Hay una diferencia radical. En aquéllos casos, los gobiernos
conscientes de sus problemas buscaron activamente un arreglo, y se
empezó por hacer concesiones enormes, como por ejemplo aceptar a
Solidaridad como partido. En España el congreso franquista se hizo el 'hara
kiri' y dictó una ley de reforma política ultra sencilla: Se convocó a
un referendo que aprobase unas bases, muy liberalmente diseñadas, para
la elección de un nuevo parlamento que dictaría una constitución. Se
permitió organizar y operar partidos políticos. Se convocó a elecciones
y en poco tiempo ganó la oposición y el nuevo parlamento elegido dictó
la constitución.
Pero en Cuba, en defecto de iniciativas gubernamentales, es Payá quien
busca el arreglo. Es una postura débil al contrario de la postura fuerte
reflejada en los 10 puntos de Elías Biscet, preso en celda subterránea
de castigo. La debilidad se refleja al no pedir concesiones previas que
como mínimo incluirían la libertad de Biscet, Roque Cabello, los 75, y
todos los presos políticos. Las concesiones son al 'statu quo.'
Payá debe comprender lo siguiente: El resultado de una negociación
depende de las posiciones relativas de las partes y de como las valore y
maneje cada negociador. Es preciso entender el problema de los cuadros
castristas más jóvenes: Están al frente de una quiebra y aunque adopten
posturas autosuficientes la realidad salta a la vista. Quiebran hoy o
quiebran mañana. A fin de cuentas tendrán que acomodar su conducta a la
realidad. Si no quieren conceder, o dicen no poder conceder nada
realmente significativo, esa decisión los conducirá a la ruina.
Solamente en un contexto de libertad y campaña política que incluya
líderes, candidatos, y plataforma de partido, se puede llegar a cosas
sensatas. No es este lugar para entrar en detalles. Una sóla idea básica:
En varias ocasiones hemos dicho que el Título IV de la Constitución del
40 está escrito, refleja nuestra tradición y es un buen marco para
servir de 'Bill of Rights' o garantías básicas durante una transición.
No hay que inventarlo, ni discutirlo en mítines, ni aprobarlo. Tiene
abolengo, basta declararlo vigente, implementarlo paulatinamente, y
crear un tribunal provisional de garantías que lo defienda.
Cuba necesita gente muy capacitada y al día, que la ayude a salir de su
postración y a diseñar un estado de derecho y una economía que atraiga
la inversión. Se requiere optimismo, imaginación, energía, no temer a la
competencia, seguridad en sí mismo. Los profesionales de primera no son
fáciles de conseguir. Los hay en Cuba. A esos hay que darles libertad,
dejarlos afiliarse a partidos y exponer sus ideas. Los hay fuera de
Cuba. A esos, amigo Payá, hay que atraerlos y no ahuyentarlos. Ir a Cuba
desinteresadamente a donar su tiempo, como muchos lo harían, sería un
sacrificio loable. Arreglar desastres no es ni divertido, ni fácil, ni
lucrativo, pues los buenos no irían ni a robar ni a lucrar, sino a
construir. Si se forma un equipo de segunda, o un equipo de habladores,
o de advenedizos y aprovechados, Cuba perderá otra vez años preciosos
que no puede perder.
En el próximo artículo comentaremos los asuntos económicos planteados.
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