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Artículos
Cuba en democracia
Por Roberto Martín Pérez
El exilio cubano, bulle en rumores y especulaciones. La muerte o
enfermedad de Fidel Castro, centran la atención de estos rumores.
Rumores que abarcan toda la gama de una desinformación política grotesca.
Se nos hace premisa, concientizar las falsedades y elucubraciones
urdidas por los comunistas cubanos, durante los últimos cincuenta años
de historia. Jamás, ni en la etapa inicial de la confrontación urbana o
de las guerrillas armadas en las zonas rurales, han sido veraces.
Recordemos la entrega a la policía de los Jóvenes muertos en Humbolt 7,
y los asesinatos de Frank País y René Gómez Latour. Ambos sucesos
ocurridos por órdenes expresas de la cúpula del Partido Comunista.
Los partidos comunistas poseen un sofisticado capítulo político,
ideológico de falsedades, adecuados a la más perfecta y centralizada
desinformación. Se sirven de estos canales, sin recato alguno, para
desestabilizar las sociedades libres, cuyas instituciones consideradas
más débiles en sus aviesos propósitos. La sociedad estadounidense, no
está exenta de múltiples asechanzas. La AGI-PRO, aparato de agitación y
propaganda, se encarga de las acciones más siniestras de los partidos
comunistas. El crimen y la desinformación son sus designios más
encomendados. Al exilio de Miami, han arribado personeros de estos
departamentos. Los últimos diez años han sido pródigos en la penetración
ideológica del exilio. La ingenuidad política de sus contendores, le ha
facilitado confundir a no pocas voluntades.
Los fines, sin importar los medios, sintetizan las tareas de los
funcionarios de estas estructuras montadas por la AGI-PRO. Lograr el
poder hemogénico, su finalidad en la clandestinidad. Una vez en el poder
asesinatos, prisiones y destierros masivos, se constituyen en sus
ambiciones de poder absoluto.
“Los maestros del engaño”, como los designara durante el periodo de la
guerra fría, Edgar Hoover, jefe del Buró Federal de Investigaciones FBI,
son en extremo duchos en la fabricación de tretas y artimañas. Vulnerar
a toda costa los instrumentos filosófico-morales de las religiones y
ejércitos, es la piedra angular de su proyecto de conquista.
Se hace deber estudiar las aseveraciones o desmentidos de los
funcionarios ex comunistas, asentados en el exilio. Los últimos diez
años, nos han permitido observar los métodos de desinformación empleados
por estos funcionarios y sus cómplices, compañeros de ruta, difundiendo
rumores, la inmensa mayoría contradictorias con las tesis-preconcebidas,
confunden y limitan las capacidades intelectuales de los contendores más
fervientes.
Observar el lenguaje oral y corporal de los funcionarios del régimen en
sus comparecencias, ante la prensa radial, escrita y televisiva, no debe
de señalar el camino del regreso a la patria cubana. Debemos definir el
por qué y para qué la AGI-PRO difunde estos rumores. La impostergable
muerte de Fidel Castro, es intrascendente. No hemos luchado contra
hombre alguno, hemos luchado contra un sistema que esclaviza a la nación
cubana. La crisis cubana, a ambos lados del Atlántico, exilio y pueblo
intramuros, es, en lo esencial, política. Los comunistas y sus cómplices
de nuestro entorno, nos atiborran de rumores conducentes a la
desinformación. Los recursos de la tecnología moderna, son empleados en
esta ofensiva final.
Profetas y agoreros en igualdad numérica, nos impactan por igual con sus
desinformaciones. Manifestaciones de continuismo por los más.
Eliminación del sistema por los menos. La desestabilización, la suma de
los dos factores. Lo evidente: la desinformación, ha logrado fragmentar
nuestro entorno político. Los componentes ideológicos de este inmenso
“caballo de Troya” ha obtenido éxitos parciales en la conducción de sus
asignaciones. Organizaciones otrora opuestas a coexistir con
planteamientos de continuismo con las esferas del poder comunista, hoy
se muestran proclives a dialogar con funcionarios del sistema que se
sindicalizan de moderados.
En el otro lado de la polémica, los “escamados”, ex presos y presos
políticos y de organizaciones etiquetadas por los dialogueros de
intransigentes, mantenemos un prudente compás de espera, sin conceder
legitimidad a tales gestiones de acercamiento táctico-estratégico con el
régimen comunista. Los primeros dan como positiva y brindan apoyo
logístico, las labores desinformadoras difundidas por los nuevos mesías,
ex comunistas. Los segundos estamos permeados de duras experiencias y
nos hemos impuesto la ingerente labor de trillar el convulso granero de
caracteres existentes en el acontecer cubano. No es tiempo para juicios
finales. Cuba languidece. Es obra de todo cubano, dar su aporte
desinteresado a la obra de redención patria. El análisis sosegado y
exhaustivo se impone. La impronta del rechazo a priori, debe ser
desechada.
El tiempo de la siega, no puede ser evaluado en años de incorporación a
la gestión libertaria, sino en vocación de entrega. Estamos ansiosos del
regreso al terruño. La patria llora y nosotros con ella, pero el regreso
no puede ser impuesto por condicionamientos lesivos a la dignidad.
Apetencias personales o de grupo, deben ser extirpados de raíz. El
oportunismo, no puede germinar en las conciencias entregadas a las
libertades. La premura, en el regreso no puede ser interpretada como
necesidad inherente a nuestro estado anímico. En el como y con quienes
radica el meollo del síndrome cubano. Continuismo o enmascaramiento,
están proscriptos de los esfuerzos realizados o por fraguar en los
loables senderos del compromiso adquirido. No más errores provocados por
los caballeros troyanos. Cuba, por encima de todo compromiso individual
o colectivo. Cuba, como ejemplarizante dictamen para todos los tiranos.
Cuba, en democracia social y educativa, ha de ser una realidad, por la
perseverancia de todos los cubanos. Dios con Cuba.
Fuente: Diario Las Americas
Publicado el 09-10-2007
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