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Elecciones Americanas: Derrota del Socialismo Cultural y Económico.
Impacto Sobre Cuba.
Por Alberto Luzárraga

En esta elección por encima de la guerra y demás temas discutidos hay uno tan relevante como subyacente. Se trata del rechazo de la agenda socialista por la mayoría. En Estados Unidos el socialismo no usa su nombre porque ese nombre no 'vende.' No decimos que los que propugnan la agenda socialista sean 'miembros del partido' porque eso pasó de moda pero las ideas y la metodología de 'lucha' están presentes. Los cubanos, por triste experiencia, las reconocemos de inmediato. Veamos algunas ideas y técnicas propugnadas por el socialismo cultural, los resultados contrarios y la aplicación a Cuba:

1- De nuevo se propuso con fuerza el concepto del estado niñera que según los socialistas debe auxiliar a los ciudadanos 'víctimas' que para ellos son casi todos exceptuando la minoría 'rica y explotadora.'

Para auxiliar hay que subir los impuestos y 'déjennos hacer, nosotros distribuiremos con justicia.' La mayoría del pueblo americano, con típico sentido común cree en el individuo y en la igualdad. Se progresa por el trabajo honesto. El que lo gane que lo disfrute. No cree en élites, superiores en virtud y en capacidad, que les administren el bolsillo y el cerebro. Supone con razón que todo debe tener un límite empezando por el poder del estado y lo que gaste. Sabe que el estado lo que gasta, lo saca de la sociedad en general y no de unos pocos ricos. Está dispuesto a contribuir lo justo pero no a ser despojado. Sabe que lo contrario es pura demagogia, sabe que aceptarlo lleva a la creación de una nueva clase administrativa que lo controla todo, vive óptimamente y acaba con la libertad. El discurso falaz lo sufrimos los cubanos en los 60s y llevamos 45 años de sufrimiento. La nueva Cuba tiene que desechar esa mentalidad y desarrollar el espíritu emprendedor y creativo de nuestro pueblo que en eso se parece mucho al americano. Por eso nos ha ido bien aquí.

Una sociedad decente tiene deberes respecto a los desamparados y como atenderlos es trabajo común de los ciudadanos y del estado. Explotar un impulso humano para crear una tiranía administrativa y política es simplemente malvado.

2- De nuevo se intentó la destrucción del sentido de nación y exaltación del internacionalismo.

En Estados Unidos esto reviste aberraciones como quemar la bandera, renegar del país y apoyar incondicionalmente a las Naciones Unidas como 'árbitro de todo lo bueno y justo' sin reconocer que dos terceras partes de sus miembros no son democracias. El pueblo americano ha decidido, que sin ir a un aislacionismo que sería absurdo en este complicado mundo, prefiere mantener su libertad decisoria y sus tradiciones. Sabe que el internacionalismo destructivo es un instrumento diseñado para corroer la estructura de la nación y pasar el poder a un grupo. Los cubanos conocen de sobra el 'internacionalismo socialista.' Los condujo a Angola a morir y a diversos países para servir como técnicos, médicos etc. por una miseria mientras se les decía que servían a la patria. En nuestro caso se mezcló cínicamente el sentimiento nacional con el instrumento de poder. Lo sano es querer a la patria, y preocuparse de otros pueblos y atenderlos en la medida de nuestras posibilidades. No creo que necesitemos lecciones. La de experiencia es bien amarga.

3- Nuevo intento de destrucción de la familia como célula social y de la religión como freno moral.

El poder absoluto se completa haciendo del estado niñera estado padrastro mientras se crean las condiciones para que suceda. El amor libre fomentado por el marxismo original creó la promiscuidad, los hijos fuera del matrimonio, y las instituciones estatales para cuidarlos, adoctrinarlos y suplir a los padres. En el mundo occidental un proceso similar está bien avanzado, pero los padres aún conservan el derecho de educar a sus hijos, derecho que en la Cuba castrista pertenece al estado. En este ciclo electoral jugaron papel importante dos ataques a la moral y la familia que con audacia intentó imponer el socialismo cultural:

a) El ateismo forzoso, que aunque disimulado, intenta desechar el nombre de Dios de toda manifestación pública y b) La destrucción de la esencia de la familia al intentar equiparar el matrimonio con las uniones homosexuales.

El primero no prosperó y fue rechazado por la Corte Suprema porque Dios está presente en la tradición nacional. La Declaración de Independencia estipula que una ley natural e inmutable proveniente de un creador es la base de la sociedad y de la libertad.

El segundo ha sufrido un rechazo notable en 11 referéndums estatales. El pueblo con sentido común rechazó la equiparación de una unión necesariamente estéril con una fructífera. Entendió las nocivas consecuencias sociales de equiparar lo que es intrínsicamente disímil basándolo en una falsa compasión. Dijo: Cada cual que haga lo que le parezca en su casa y con su patrimonio, pero no venga usted a cambiar instituciones milenarias porque le place. Fue un error del socialismo cultural que no calibró las consecuencias. En la Cuba futura sólo es necesaria una cosa. No importar malas ideas por aquello de seguir la moda, y desechar las ideas destructoras de la familia y la moral que nos legó el marxismo.

4- Manipulación psicológica.

Es sabido que el marxismo en su mayor parte ejerce el poder abrumando psicológicamente a los ciudadanos a fin de condicionarlos y hacerlos sumisos. En Cuba, aparte de la dieta diaria de propaganda los ciudadanos han sufrido el proceso de las 'autocríticas' que no es sino otro eslabón de la cadena psicológica. En Estados Unidos este sistema ha hallado su concreción en la llamada 'corrección política' que consiste en repetir cotorrilmente lo que dicen las autotituladas élites y en confesar errores cuando se hace lo contrario. Se llegó hasta a exigirlo del presidente que supuestamente debía reconocer sus errores en el manejo de una guerra aún no terminada. Fue una parte del bombardeo psicológico pero fracasó. Chocó con el sentido común del pueblo que rechazó la exigencia como la estupidez que en efecto es. El entuerto se cura con libertad de expresión. Como la hay, la falacia no prosperó. En la Cuba futura hay que defenderla a ultranza. Un estado monopolizador de los medios es un estado tirano. No puede haber medias tintas en este asunto.

En nuestro largo calvario, los Estados Unidos han sido nuestro único amigo. Si hubiera caído en el socialismo ideológico bien pocas serían nuestras esperanzas de ver renacer a Cuba. Es más Cuba habría cooperado a la socialización de Estados Unidos.

Mucho se jugó. No ha terminado el juego y sigue la lucha. Es preciso no abandonarla, engarzarnos en esta tendencia libertaria y conquistar el próximo objetivo, una Cuba libre y emprendedora. Eso significa una Cuba no socialista, libre de falacias inoperantes, lemas y consignas. Lo que hagamos que sea meditado y discutido con sentido común. Eso y no otra cosa es vivir en libertad.





Fuente: www.futurodecuba.org