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¿Petulancia Internacional o Legalidad Internacional?
Sobre la ONU y Otras Cosas.
Por Alberto Luzárraga

Francamente, cansa oír hablar continuamente sobre la 'legalidad internacional' definida como lo que decida la Asamblea General de las Naciones Unidas o en su caso el Consejo de Seguridad. La ley es una ordenación dirigida al bien común emitida por una autoridad legitimada para hacerlo. La ONU carece de legitimación para ser el legislador de la humanidad.

La única legalidad internacional ejecutable es la establecida en Tratados Internacionales suscritos entre naciones que se comprometen mutuamente a observar ciertas conductas bien sea en el plano comercial, jurídico o político.

Y esos Tratados para ser ejecutables y legítimos tienen que plasmarse en leyes internas aprobadas por legislaturas debidamente electas en los países signatarios. Sólo así se convierten en ley nacional y obligan a sus ciudadanos e instituciones. De esa forma se logra que los jueces de cada país fallen sobre el contenido de los tratados y amparen los derechos que de ellos se derivan. La Corte Internacional de La Haya no tiene jurisdicción sobre las naciones a no ser que se acepte de antemano someterse a ella caso por caso. Los tratados que funcionan son los que crean instituciones útiles como la Organización Mundial del Comercio, la cual tiene la jurisdicción que le confieren los países y no más.

Fuera de esto existen principios generales del 'derecho de gentes', como lo llamaron los romanos, que simplemente reflejan la ley natural que cada ser humano lleva en su corazón. Obligan moralmente y a veces se consigue que obliguen legalmente cuando se suscribe un tratado, como por ejemplo el de la tortura, que permite perseguir internacionalmente a los torturadores. Claro que ello sólo funciona en países democráticos que han seguido lo establecido específicamente por ese tratado haciendo que sus legislaturas aprueben una ley que define la tortura en los mismos términos del tratado. Si no hay diferencias entre la legislación nacional y la internacional el delincuente se ve perseguido en igual forma en muchas partes. Lo países no democráticos con frecuencia torturan tanto que se niegan a firmar el tratado, o lo hacen con reservas, o no dictan legislación nacional. Y en fin no permiten inspección independiente de sus prácticas cuando se les denuncia. (Caso de Cuba) Queda demostrado que sin acuerdo nacional la legalidad internacional es letra muerta.

Las Naciones Unidas son una reunión de estados y no un gobierno electo por el mundo. La ONU surgió tras la Segunda Guerra Mundial como un intento loable de evitar otra conflagración. Aunque los países signatarios ratificaron la Carta de las Naciones Unidas, no es un documento con definiciones y reglas de conducta, no sólo claras y bien definidas, sino además ejecutables. Lo más que se puede decir es que contiene sanos paradigmas de conducta.

En particular, los artículos 39 a 51 son los redactados para tratar cuestiones de guerra y paz. En caso de intervención armada para 'preservar la paz o evitar la agresión' la ONU tiene que recurrir a sus miembros para recabar recursos lo cual quiere decir que se trata de una alianza con otra bandera. En todo caso el artículo 51 reconoce el derecho de todo estado a la autodefensa, derecho que obviamente va a ser evaluado, independientemente de la ONU, por el estado afectado.

Pero además, su órgano ejecutivo, el Consejo de Seguridad tiene la particularidad del derecho de veto concedido a cinco naciones que son sus miembros permanentes: Gran Bretaña, Estados Unidos, Rusia, China y Francia. Sin él no habría Naciones Unidas. Se dice que esto viola el principio de la igualdad de los estados que la propia Carta de la ONU establece. No obstante, la realidad es insoslayable: aunque los individuos son iguales, los estados no lo son. Los hay democráticos y tiránicos, poderosos y débiles, muy populosos y mini-estados. Los estados más importantes no iban a someterse al dictado de otros. Por eso fracasó la Liga de las Naciones. No se repitió el error pero se aceptó un sistema imperfecto con el poder sesgado a favor de un grupo en que una sola nación decide si acepta o no, lo decidido. Es evidente que ello convierte al Consejo en un instrumento político y propagandístico y poco más.

Hoy en día ese defectuoso sistema, de miembros permanentes con derecho de veto, ni siquiera representa adecuadamente el poder en el mundo pues falta la India con 1100 millones de habitantes y también Japón y Alemania titulares de la segunda y tercera economías del planeta. Francia entró al Consejo por concesión graciosa de los Estados Unidos después de la segunda guerra mundial. Era nación derrotada y ni siquiera potencia de cuarta categoría.

Vistas descarnadamente, las decisiones del Consejo de Seguridad sólo representan el juego del poder. Cómo se lo reparten ciertos países o cómo se pelean por él. Las de la Asamblea General son mayormente el producto de la manía del momento, o de quien quiere hacer lucir bien o mal a otro. Es el producto de un voto por Estado sin reparar en la población y en la facilidad de influenciar los votos de los mini-estados.

La mayoría de los miembros de la ONU no son gobiernos democráticos. Los delegados a la ONU no son electos por nadie sino designados por sus países. Con demasiada frecuencia son nombrados por jefes de estado que son verdaderos delincuentes. Por ello es que los estados democráticos no están dispuestos a aceptar los dictados de una organización que como decíamos no está legitimada por una voluntad popular.

Las declaraciones de algunos sobre 'ilegalidad internacional' fuera de lo decidido por la ONU son una sandez. La Asamblea General pasa resoluciones sobre todo tema y lo hace en cantidades industriales. Frecuentemente son de un contenido que merecen un premio a la incongruencia. No hemos votado por un régimen político mundial ni elegido al Secretario General como presidente del planeta. Ni él ni nadie en la ONU es jurista legitimado por un voto democrático para legislar sobre nada.

Si la ONU fuera un gobierno mundial sería un gobierno profundamente cínico y corrupto pues Cuba, Sudan, Libia etc. forman parte de la Comisión de Derechos Humanos. Y ni hablar de los 10 billones de dinero Iraquí desaparecido en el escándalo de petróleo por alimentos. Habría que rebelarse contra dicho 'gobierno.' que tolera genocidios en el Sudán, agasaja dictadores y ataca las democracias representativas.

La ONU repetimos, (afortunadamente, dada su estructura) carece de ejército y capacidad impositiva. Lo que lleva a cabo es con recursos aportados o prestados. Aceptemos pues lo que es la ONU hoy en día. Convengamos en que su utilidad consiste en proveer un foro para hablar las cosas cuando los asuntos se ponen muy feos, y para recabar ayuda a fin de resolver situaciones puntuales.

En ciertas situaciones es también útil políticamente en cuanto provee la oportunidad de presentar bloques de opinión sensata aunque rimbombantemente se presenten bajo el manto de 'legalidad.' Se trata realmente de posiciones políticas con la ventaja de que están respaldadas por estados. Cuando no hay vetos, se consigue tratar los asuntos y a veces pasar resoluciones ejecutables, siempre que algún estado se preste a suministrar la fuerza coercitiva o los recursos. Son casos que no afectan a las grandes potencias o asuntos tan graves e inminentes que no es posible soslayarlos. La crisis de 1962 con Rusia fue un ejemplo claro. Fue preciso enfrentarla. Rusia vetó pero quedó en evidencia política y sufrió un golpe frente a la opinión mundial.

Pretender que la ONU es árbitro absoluto de la 'legalidad internacional' es petulancia interesada. Hoy en día se usa para confundir a los incautos y vendernos palabrería por democracia, libertad y estado de derecho. Si las naciones libres, como Estados Unidos, se sometiesen a los dictados de la ONU tal como está hoy constituida, la libertad desaparecería del mundo y los Castros del planeta estarían de plácemes. Y sin embargo hay gente que lo propone 'seriamente' fuera y aún dentro de este país. ¿Razón? Muy simple: Si no puedes con Gulliver convéncelo de que se deje amarrar. Es la única esperanza de la tiranía y del socialismo derrotado que busca otra forma de 'colarse' aliado a los 'ambiciosos útiles' pues a los idiotas siempre los tienen.

Entender pues, de que se trata y no dejarse embaucar por utopías. Pasará mucho tiempo antes de que la humanidad llegue al grado de desarrollo político, cultural y humano requerido para una utopía exitosa. Y probablemente nunca llegue. Mientras tanto, las naciones libres son la esperanza del mundo.




Fuente: www.futurodecuba.org