M.C.U.D.

 

MOVIMIENTO CUBANO UNIDAD DEMOCRÁTICA

"Trabajando juntos por Cuba Libre"

 
M.C.U.D.
QUIENES SOMOS
OBJETIVOS
INFO CUBA
OPOSICION
DOCUMENTOS
CUBA EN FOTOS
ARCHIVOS
EVENTOS
DONACIONES
ENLACES

 

 
 
Artículos

¿Transición Cosmética o Cambio a Fondo? Varela señaló el camino.

Por Alberto Luzárraga

Llegados al final de este interminable partido de ajedrez que se llama Cuba hay quienes quieren pactar un empate con el contrario. El problema es que uno de los jugadores (Castro) se ha quedado sin las piezas claves. Contra rey y reina sólo le quedan un rey bastante maltrecho y peones atrasados que quiere disfrazar de reinas en uno de sus 'bluffs' usuales. Pactar un empate es absurdo. Se intenta justificar con el espectro de la alternativa truculenta, la inestabilidad social, si no concedemos un respiro a la tiranía y le buscamos una salida cómoda a su camarilla.

El planteamiento contiene una amenaza indirecta: si no se hace así hay consecuencias violentas. Es una falacia. Los secuaces de Castro aspiran a vivir y no a morir. Lamentablemente, de esa falacia se hace eco el programa de Osvaldo Payá, inspirador del Proyecto Varela que para facilitar el proceso 'pacífico' yerra al crear dos clases de cubanos: los de segunda (exiliados) y los demás. Concede amnistías a troche y moche equiparando a los luchadores por la libertad con los cercenadores de ella.

Como proceder es asunto vital. El Padre Varela señaló el camino. Murió exiliado en San Agustín renunciando acogerse a una amnistía para volver a Cuba porque según nos dijo "no era un criminal" y porque "mi separación de mi Patria es inevitable y en esto convienen mis más fieles amigos. Acaso yo he tenido la culpa por quererla demasiado. Pero he aquí una sola culpa de que no me arrepiento."

Varela, profesor de Derecho Constitucional, nos recordó que "por la naturaleza todos los hombres tienen iguales derechos y libertad." Enfrentó el mismo problema pues había muchos en su época que querían transar y conformarse. A su labor docente la llamó "cátedra de la libertad, de los derechos del hombre, de las garantías nacionales, de la regeneración... la fuente de las virtudes cívicas."

Su análisis de los pueblos esclavizados en las 'Lecciones de Filosofía' parece escrito para hoy y describe a Castro y comparsa: "Los pueblos pierden su libertad o por la opresión de un tirano o por la malicia y ambición de algunos individuos que se valen del mismo pueblo para esclavizarlo, al paso que le proclaman su soberanía. Hay un fanatismo político que no es menos funesto que el religioso, y los hombres muchas veces con miras al parecer las más patrióticas, destruyen su Patria encendiendo en ella la discordia civil por aspirar a
injustas prerrogativas. Otro de los obstáculos que presenta al bien público el falso patriotismo, consiste en que muchas personas, las más ineptas y a veces las más inmorales, se escudan en él disimulando el espíritu de especulación y el vano deseo de figurar. No puede haber un mal más grave en el cuerpo político y en nada debe ponerse mayor empeño que en conocer y despreciar estos especuladores."

Es de sentido común que no se puede regenerar un país devastado sin ir a fondo. He tenido que participar en muchas transacciones en que hubo que reconstruir empresas. Jamás he visto que se confirme en sus cargos a los responsables de la destrucción y se les den más recursos para despilfarrar.

La impunidad y el 'aquí no ha pasado nada' tiene un costo terrible: la apatía y el cinismo ciudadano. Un país atropellado se vuelve entonces una tribu de buscadores de resultados a corto plazo a como dé lugar. Los peores y no los mejores ascienden a los cargos y se disfrazan con otra cara política. El resultado es precisamente la inestabilidad social que supuestamente se quería evitar con un mal arreglo. Una Cuba regida por grupos amorales y sin principios sería un desastre para sí misma y para Estados Unidos. Esa Cuba aseguraría emigración ilegal permanente, unida a delincuencia internacional.

Varela lo advirtió: "Infringidas las leyes en gran número llega el pueblo a habituarse a estas infracciones y poco a poco va preparándose el terreno para levantar otro monumento al crimen."

También nos previno en 'El Habanero' contra las buenas intenciones mal fundadas: "Lo que más debe desearse en la Isla de Cuba, es que los hombres de provecho... se persuadan de que ahora más que nunca están en la estrecha obligación de ser útiles a su patria… que tomen parte en todos los negocios públicos con el desinterés de un hombre honrado, pero con la energía y firmeza de un patriota. No abandonen el campo para que se señoreen de él cuatro especuladores y alguna chusma de hombres degradados, que sin duda se animarán a tomar la dirección del pueblo si encuentran una garantía de su audacia en la inoportuna moderación de los hombres de bien."

En su momento seamos magnánimos. Hoy por hoy, ver la realidad tal cual es.


Fuente: www.futurodecuba.org