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Artículos
Fuentes no confiables.
Por Lázaro González Valdés*
Me intriga de dónde sacan sus fuentes de información algunos interesados
en los asuntos cubanos pues circula cada noticia que le ronca la
carabina de Ambrosio como la publicada por Diario Las Américas bajo el
titular “McCarry busca cambio en Cuba”.
Según esa nota Caleb McCarry, quien coordina la Comisión de Asistencia
para una Cuba Libre, aseguró que “La transición ya está sucediendo en la
mente de los cubanos en la isla”.
“¡Guanfanfífarooooooooooooooo!” -diría el guajiro de Tumba Cuatro al
enterarse de esta adivinación colectiva sin oráculo de por medio y
después, por lógica elemental, cuestionaría- “¿Cómo puede alguien saber
qué sucede en la mente de nueve millones y pico de oprimidos?”.
Por ese mismo sentido común McCarry debería saber que ningún régimen
opresivo cesa por voluntad propia. La Historia estadounidense confirma
este principio porque de no haberse lanzado el té inglés por la borda
todavía existirían las trece colonias.
“¡Compay, compay, ya comprendo lo que pasa!” -diría el guajiro de Tumba
Cuatro si pudiera intervenir nuevamente en el asunto- “McCarry se juró
de tata nkisi malongo con alguna rama del Santo Cristo del Buen Viaje en
el destierro. Consultó los chamalongos. Arreó el muerto. Subió la parada
arriba en nganga donde preparó el makuto milagroso y necesario para
salir del comunismo en este hemisferio. Por eso él dice que ya la
transición está en marcha”.
Pero McCarry no es mayombero y posiblemente no cree en los nfumbis ni en
polvos mágicos pues como funcionario sabe que se debe actuar en el plano
físico para conseguir resultados satisfactorios en materia de democracia
o de seguridad. No por gusto el gobierno estadounidense le dio jarabe de
plomo a los terroristas después que destruyeron las torres gemelas de
New York.
Sin embargo algunos desterrados por el régimen castrista nos confundimos
cuando McCarry dice esperar “que el pueblo cubano quede libre de la
dictadura tan pronto como sea posible” mientras la OCB (Office Cuban
Broadcasting) impide convocar a los oprimidos por medio de las
transmisiones de radio y televisión Martí para que desacaten el
ordenamiento impuesto por el opresor o mientras el gobierno
estadounidense mete en chirona a quien trate de darle a los terroristas
de Fidel Castro del mismo jarabe de plomo suministrado a los terroristas
de Bin Laden.
Retomando el titular de Diario Las Américas “McCarry busca cambio en
Cuba” se impone preguntar: ¿Qué busca cambiar él? Porque sin aplicar la
fuerza, ya sea violenta o no violenta, ni soñar con el tránsito del
comunismo a la democracia. A no ser que McCarry quiera para Cuba el
injusto reciclaje por el cual los oprimidos de Europa del Este hoy
tienen que tragarse a sus opresores en su nuevo rol de empresarios
capitalistas.
Mi punto de vista es que McCarry es competente para el cargo pero
confronta graves problemas con fuentes no confiables. Tiene que revisar
la lista. De seguro que en ella hay exiliados de terciopelo, infiltrados,
cazadores de fondos a costa del dolor del pueblo cubano y personas que
no saben qué sucede realmente en Cuba. Dicho en buen cubano: con esos
“asesores” McCarry está frito.
Pero lo peor del caso viene ahora. En la nota “McCarry busca cambio en
Cuba” también se hallan algunas declaraciones del principal asesor de la
misión estadounidense ante la ONU, William Marsh, quien aseveró que “El
régimen de Castro sigue negándole al pueblo cubano sus derechos humanos
y libertades fundamentales …”.
¡Guanfanfifarooooooooooooo! Esta vez la exclamación es mía, no del
guajiro de Tumba Cuatro, pues creer que derechos humanos y libertades
básicas dependen de que sean concedidos o no por los castristas podría
explicar la existencia de políticas insuficientes (sietemesinas diría
José Martí) como la diseñada por la OCB que, en vez de alentar a los
oprimidos para que se opongan a la arbitrariedad con métodos de lucha
históricamente efectivos, propina espaldarazos al opresor partido
comunista (no importa si de forma intencional o no ya que el resultado
es el mismo) concediéndole injustamente la condición de “gobierno de
Cuba”.
Esta política de acariciar la alimaña comunista se confirma en hechos
irrefutables como las licencias extendidas por diversos gobiernos
estadounidenses para que mercaderes inmorales comercien sus productos
con el gobierno criminal de Fidel y Raúl Castro. Hace siglos que
Montesquieu formuló que el principal propósito del comercio es la paz.
Por tanto, si se extienden estos permisos para comerciar con el ilegal
régimen de Cuba, el mensaje es claro: se quiere paz con dicho régimen.
En mi opinión el representante Marsh no marcha con la lógica democrática
cuando declara “El pueblo cubano merece un gobierno comprometido con la
democracia y la total observancia de los derechos humanos” porque su
afirmación deja espacio a la casualidad y hasta podría alimentar la
falacia de quienes creen que el castrismo podría convertirse al estilo
de Saulo de Tarso cayendo del caballo. Lo cual también apesta a
inaceptable reciclaje. Me parece que confirmado el crimen no debe haber
duda en cuanto a ubicarse enérgicamente al lado de la víctima castigando
al victimario según la naturaleza del acto cometido. En consecuencia,
Marsh debió haber proclamado que El pueblo cubano tiene derecho a
conformar su propio gobierno mediante elecciones auténticas como también
tiene derecho a derrocar por cualquier medio a quien usurpe el gobierno
de la nación.
La causa de liberación de los cubanos oprimidos por el comunismo
necesita discursos y acciones consecuentes con los pilares de la
democracia. Para ello, entre otros aspectos, se deben tener fuentes
confiables.
Enlace relacionado con este escrito:
http://www.diariolasamericas.com/viernes/2005-12-02_primera-plana_03.htm
*Lázaro González Valdés,
Exprisionero político en Cuba, fue uno de los cinco ejecutivos
principales de Concilio Cubano y fue detenido durante la ola de arrestos
que fue causa parcial de la no celebración del Concilio Cubano en 1996.
Actualmente reside en Miami y continua contribuyendo a la causa de la
libertad de Cuba, dirige la página de Internet Semanario a Fondo,igualmente
dirige el sitio recolector de denuncias y violaciones a los derechos
humanos en Cuba, SOS Justicia.
Fuente:
www.somoscubanos.com
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