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Artículos
¿Son culpables todos los militantes del PCC?
Por Lázaro González
Valdés, ex prisionero de conciencia*
Para contestar la pregunta establecida en el título
de este escrito es conveniente comenzar el análisis a partir de este
caso hipotético: Un grupo de asaltantes penetra en un banco, toma como
rehenes a los clientes que se encontraban allí en ese momento, mata a
los dos guardias de seguridad cuando estos trataron de proteger a
personas y bienes, roba la caja fuerte del banco así como el dinero y
las joyas de los rehenes antes de huir en cuatro vehículos que esperaban
fuera de la instalación. En el refugio, donde esperaban los jefes de la
banda, se reparte el botín entre los que planearon el robo, entre los
que intervinieron directamente en el asalto, entre los conductores de
los carros y entre los que proveyeron el refugio, las armas, las
municiones, los automóviles y demás pertrechos necesarios para efectuar
ese acto criminal.
Al cabo del tiempo los integrantes de la banda son identificados y luego
de su captura son presentados en el tribunal con jurisdicción para
administrar justicia. Los representantes de la ley tienen varias
opciones:
1- Castigar únicamente a los jefes de la banda
2- Castigar a los jefes de la banda y a quienes se mancharon sus manos
de sangre matando a los guardias de seguridad
3- Castigar a los jefes de la banda y a todos los delincuentes que
operaron dentro del banco hayan matado o no
4- Castigar a los jefes de la banda así como a quienes operaron dentro y
fuera del banco
5- Castigar a todos: a los jefes de la banda así como a los demás
asaltantes y cómplices
No hay que ser doctor en leyes para seleccionar el acápite 5 como la
opción moral, legal y prácticamente aceptable.
Sin la intervención del cómplice que consiguió las armas de fuego y las
municiones, los homicidas no hubieran podido matar a los guardias de
seguridad.
Sin conductores y vehículos no se hubiera podido consumar el asalto.
Tampoco el mismo hubiera sido posible sin la colaboración del que
proporcionó refugio a la banda.
Sin planificadores, sin organizadores y sin ejecutores en las diversas
fases preparatorias del acto criminal este no hubiera sido llevado a
efecto.
Por tanto es obvio que todos los participantes en el asalto al banco
tienen responsabilidad penal en ese hecho, aunque lógicamente quien
asesino a un guardia de seguridad debe ser castigado con más severidad
que quien condujo un carro ya que esas actuaciones no tuvieron las
mismas consecuencias.
Para establecer la analogía entre la hipotética banda de asaltantes y
los miembros del partido comunista de Cuba (PCC) basta considerar los
siguientes cambios: el banco por el Estado de Cuba, los rehenes por los
cubanos, la banda de asaltantes por los militantes del PCC, los guardias
de seguridad por los opositores al régimen comunista.
Si se quiere más exactitud al comparar los asaltantes del banco
imaginario con los comunistas se podría establecer que los jefes de la
banda serían los altos funcionarios del PCC, los asesinos de los
custodios del banco serían los agentes de la inteligencia y de la
contrainteligencia, los asaltantes que no mataron a nadie podrían ser
otros miembros de los ministerios del Interior y de las Fuerzas Armadas,
en tanto que los conductores de los carros y demás cómplices del asalto
al banco estarían representados en esta analogía por los funcionarios
provinciales, los municipales y los que se hallan al frente del resto de
los ministerios así como de las empresas e industrias existentes en el
estado cubano.
Siguiendo el modo de razonar establecido en este escrito, no es justo
que un militante del PCC que ordenó fusilar a opositores reciba el mismo
castigo que el funcionario de alguna empresa municipal de servicios
gastronómicos dedicado a robarse alimentos presuntamente destinados para
la venta a la población. Sin embargo, ambos comunistas pertenecen a la
minoría criminal que oprime a la generalidad de los cubanos por medio
del terror.
¿Son culpables todos los militantes del PCC? Opino que sí. Todos son
culpables, aunque en diferentes grados. Por lo tanto ellos debe ser
penalizados según la naturaleza de los actos que hayan cometido, en
juicio justo y donde se les garantice el debido proceso de ley. También
creo que sólo después de administrar justicia es que se podrán erigir
los pilares de la democracia en la sociedad cubana. Desconocer este
principio de eterna verdad otorgaría a las víctimas del PCC el derecho a
tomar la justicia por mano propia ... y tantos años de horror habrán
transcurrido en vano.
*Lázaro González Valdés,
Exprisionero político en Cuba, fue uno de los cinco ejecutivos
principales de Concilio Cubano y fue detenido durante la ola de arrestos
que fue causa parcial de la no celebración del Concilio Cubano en 1996.
Actualmente reside en Miami y continua contribuyendo a la causa de la
libertad de Cuba, dirige la página de Internet Semanario a Fondo, Dirige
S.O.S. Justicia, organización encargada de recoger denuncias de
violaciones a los Derechos Humanos cometidas por el actual sistema
comunista en Cuba para en su momento oportuno tornar dichas denuncias a
los tribunales competentes.
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