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Artículos
Raúl Castro no es el arcángel Gabriel.
Por Luis Tornés Aguililla.
A modo de regalo de Navidad, Raúl Castro declaró en
Santiago de Cuba que el país tiene un solo Partido pero que, al mismo
tiempo, ellos tenían que convertirlo en el Partido más democrático
existente.
La frase anterior ha destapado en toda la comunidad de analistas (
analistas de pelo y pluma ), una glosa múltiple y barroca que parece
ignorar el hecho de que en Cuba se viven tiempos de capilla ardiente con
un tirano mayor a punto de morir mientras que su hermano, un mozo de 76
años de edad, trata de fortificar su posición para no verse en la penosa
obligación de terminar sus días en Galicia .
Ver en las « pirouettes » lexicales de Raúl no sé qué anunciación
gabrielina de buen augurio podría ser un error dilatorio y fatal porque
detrás de cada frase suya, la carga semántica es sistemáticamente
sopesada y, el mensaje dicho, siempre será coherente con su intención de
mantenerse en el poder mientras respire.
Observará el amigo lector de que el general no habla de « gobierno de
Unidad Nacional » ni tampoco de « pacto social » porque lo que le
interesa a él y a su staff es un gobierno sui generis –como diría su
hermano Nerón – en el que ellos mandan y los cubanos obedecen.
Así pues, los cubanos no tenemos que estar pendientes de lo que diga o
no diga este viejo agente del Kominterm que pretende confirmar en
nuestras mentes una caterva de categorías políticas y culturales de un
mundo que no es el nuestro porque nosotros no somos chinos, ni
vietnamitas, ni rusos sino engendros políticos del mundo occidental .
¡ No, señor general !.
No aceptamos su maña oratoria porque el sistema de los procónsules
nombrados a dedo escapa a nuestra cultura ancestral y aunque vosotros
matéis y encarceléis, nunca lo aceptaremos y siempre tendréis grandes
dificultades para gobernar esa isla de Cuba de donde se quiere marchar
el 80 % de la juventud porque lo que usted propone es una patética
quimera. Sin ocuparnos de su bombardeo propagandístico, es nuestro deber
identificar sus meandros alevosos y la metodología con la que pretende
usted mantenerse en el poder a toda costa.
Al final, los cubanos que hoy le temen al cambio, quizá comprendan
mañana que vivir libre y en democracia es incomparablemente mejor que
vivir sometido a la batuta autoritaria de una banda de fusiladores. (
Recordemos aquí la memoria de los tres infelices jóvenes, cubanos y
negros, que Fidel fusiló con ensañamiento en 2003 ).
No nos dejemos engañar, Raúl no es ni remotamente el arcángel Gabriel
pues nada bueno nos anuncia. Amén.
Norte de Francia. Fin de año 2007.
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