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Artículos
¿Libre Comercio ó Comercio Controlado por
el Estado?
Por Jorge A. Maspóns
El Presidente Bush continúa insistiendo en que el embrollo de Canada,
Méjico y los Estados Unidos conocido como el Tratado de Libre Comercio
de Norte América (NAFTA) en 1993 y aprovado por William Jefferson
Clinton ha sido un gran éxito. Ahora él quiere que el Congreso aprueve
un nuevo pacto titulado "Tratado de Libre Comercio Centro-Americano"
(Central American Free Trade Agreement, CAFTA), el cual extendería NAFTA
(Tratado de Libre Comercio de Norte América) a todas las naciones en esa
región.
Pero ahora nosotros tenemos más de una década de experiencia con NAFTA y
los resultados han sido difílcilmente el éxito que el Sr. Bush afirma.
NAFTA ha costado cerca de un millón de empleos americanos, abierto más
ampliamente la ya emponjosa frontera sureña y le ha dado a su tribunal
judicial el poder para rechazar arbitrariamente las decisiones de
nuestros tribunales federales y estatales. En fín, NAFTA ha sido un
desastre para nuestro país y un paso colosal hacia un gobierno mundial,
la motivación oculta detrás de cada uno de estos mal llamados tratados
de "libre comercio." En lugar de añadir a estos revéses para nuestro
país, el Congreso debe decir "NO a CAFTA" y entonces comenzar a repudiar
NAFTA. Reafirmar la independencia de los Estados Unidos debería ser la
meta de nuestros legisladores, no enredar nuestro país en tratados que
nos dañan económicamente y amenazan nuestra soberanía. (1)
Los promotores del propuesto tratado, CAFTA, sostienen que su aprovación
por el Congreso estimulará el crecimiento del comercio entre nuestra
nación y cinco naciones de la América Central junto con la República
Dominicana. Sin embargo, el poder ecónomico de toda esa región es igual
al de cualquier ciudad mediana americana. Enunciado en pocas palabras,
estas naciones no tienen la abilidad de adquirir nuestros artículos de
exportación. En lugar de esto, las naciones centroamericanas tienen un
número grande de individuos cuyas demandas por los bajos salarios
atraerán a muchos comerciantes americanos que sin duda serán incitados a
relocalizar sus fábricas y empleos americanos para esa región.
Después de la aprovación por parte del Congreso del pacto NAFTA en 1993,
innumerables empleos e industrias emigraron a Méjico. CAFTA no extenderá
el comercio de los Estados Unidos sino que ampliará los ya aspectos
dañínos de NAFTA. El Congreso debe decir rotundamente que ¡NO! a CAFTA
cuando la medida aparezca para su consideración y votación. (2)
Jorge A. Maspóns
Mayo 29, 2005
(1) Su servidor es creyente en el libre comercio y la libre empresa pero
debe ser entre pueblos libres, sin interferencia por parte del gobierno.
Yo le protesté enérgicamente a mi gobernadora en Louisiana por firmar
convenios comerciales con Cuba precisamente porque el pueblo cubano no
está libre para comerciar y tan solamente ella está haciendo negocios
con el gobierno comunista de la isla. Así pues, un ejemplo de comercio
entre gobiernos, inmoral, que prolonga el sufrimiento del cubano.
(2) Primeramente NAFTA y ahora CAFTA son tratados bien premeditados que
servirán para promover el ya planeado FTAA (Free Trade Area of the
Americas) el cual es un tratado político parecido a la Unión Europea y
que cortará aun mas nuestra libertad en los Estados Unidos si llega a
ser aprovado por el Congreso.
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