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Los 13 días que no conmovieron a Cuba
Por Jorge Hernández Fonseca

El mundo ha mirado con asombro hacia Cuba durante los 13 días que transcurrieron entre el anuncio de la transferencia de poderes de Fidel a su hermano Raúl --por enfermedad grave del primero-- y la celebración del cumpleaños del dictador cubano, día en el que reaparecieron imágenes actuales tanto Fidel como de Raúl. Surgieron conjeturas y análisis sobre la situación política cubana a lo largo y ancho del planeta, a pesar de que dentro de la isla se reportó la más absoluta tranquilidad entre “griegos y troyanos”.

Un artículo periodístico sobre todo, escrito por el talento político e intelectual de Mario Vargas Llosa, “El principio del fin”, arroja sobre nuestras cabezas de cubanos expectantes el estigma de “todavía no merecer la democracia”. ¿Pero que está sucediendo realmente dentro de la cúpula gobernante de Cuba en tan complejas circunstancias? Veamos.

Para romper los broches de oro del silencio de la cúpula gobernante cubana, Raúl organizó para su hermano enfermo un grotesco show de cumpleaños junto a Chávez, conocido públicamente a través de un video, donde resultaba lastimosa la fragilidad del otrora Comandante omnipotente. Fidel, ya no cabe dudas, es un hombre acabado.

¿Por qué Raúl Castro no apareció a asumir sus responsabilidades desde el principio como debería? Ha habido muchas conjeturas, porque lo cerrado del sistema cubano no deja alternativas, a no ser la de las inferencias a partir de las circunstancias y la experiencia con los personajes y actores de este drama.

Sin embargo, el silencio oficial cubano en torno a lo que sucedía en la cúpula, contrastó con sucesivas apariciones de altas figuras del gobierno norteamericano --que incluyeron al propio presidente Bush-- interesados, más que en capitalizar el momento de crisis de la dictadura, en dar garantías de que nada sucedería con Cuba. Esto, sumado a otros elementos, ofrece una guía aproximada de las causales de los hechos, y los no hechos.

La compleja situación cubana posee antecedentes económicos, que como ninguna otra pista pudieran guiarnos hacia las causas de lo que ahora está en marcha. En primer lugar hay que decir que hace dos años aparecieron los primeros indicios de la existencia de petróleo en la costa norte cubana, exactamente en las inmediaciones de las aguas jurisdiccionales que la isla comparte con EUA, colindando con el estado de la Florida.

Estos hallazgos se concretaron en estudios que reportaron resultados positivos: hay petróleo en la costa norte de Cuba. El estado de la Florida aledaño, tiene leyes que impiden, o dificultan, la prospección de petróleo en esas aguas, pero la aparición de Cuba en el escenario explotador, ocasionó un fuerte lobby para eliminar las restricciones en la Florida y de inmediato, gestiones de alto nivel para levantar el embargo de EUA a Cuba. El objetivo evidente era entrar en Cuba con el negocio del petróleo.

Paralelamente se sabe de contactos y gestiones anteriores de los generales de Raúl con el ejército norteamericano, para garantizar una vigilancia especial en Cuba a la muerte del dictador, con vistas a evitar el pavoroso (para los norteamericanos) éxodo balsero desde las costas cubanas. Estos contactos deben haberse reforzado en estos días, sin dudas.

Son estos los antecedentes que llevan a establecer una hipótesis, en el terreno de las conjeturas: Hay negociaciones secretas de Raúl con EUA en dos planos. En primer lugar, el plano directo, para evitar el tan temido éxodo balsero hacia la Florida, y en segundo lugar, para garantizar un futuro de convivencia de la nueva administración de Raúl con la Norteamérica que “deprecia”. En este segundo plano, el tema petróleo debe haberse puesto sobre la mesa, a partir de presiones de Raúl para que EUA ofreciera algo a cambio de la garantía de evitar el éxodo, en fase con los intereses petroleros que ahora presionan a Bush para levantar el embargo a Cuba, con vistas a que los norteamericanos pudieran invertir en la isla, con independencia del régimen que subsista en una era post Fidel. Si las cosas se sucedieron de esa manera, fue puro negocio de tintes políticos, pero para EUA, tintes políticos totalmente secundario ante la aparición del crudo en la isla.

Siendo la actual administración de EUA proclive a la luz verde con los sectores petroleros internacionales, y en la coyuntura que se presenta, no es difícil aventurar la hipótesis de la existencia de tales negociaciones de EUA con Raúl, con lo que tendría más sentido las declaraciones públicas de altos funcionarios estadounidenses pidiendo al pueblo cubano para “no viajar a EUA”, garantizando también que “no habrá invasión” y finalmente las declaraciones del propio Bush: “serán los cubanos de la isla los que definirán el futuro”, al que agregó un componente extemporáneo: “la devolución de las propiedades confiscadas por Castro”. Por las características de los temas abordados por el alto escalón norteamericano, todos se parecen mucho a pedidos tradicionales de la parte cubana.

En la hipótesis de conversaciones con Raúl, sería lógico imaginar que se pidieran garantías públicas de los aspectos que “sin ton ni son” Condoleezza Rice y George Bush vinieron a público a expresar sobre Cuba. Esto lógicamente, antes de Raúl comprometerse a algún acuerdo con la administración norteamericana, lo que pudiéramos imaginar hipotéticamente que ocurrió y lo que justificaría las extrañas declaraciones oficiales norteamericanas, en momentos tan inoportunos para el sufrido pueblo de Cuba.

Claro que EUA vela por sus intereses, y es lo que ha hecho contactando con Raúl --en caso de haberlo hecho-- para que permita la entrada de empresas norteamericanas a perforar frente a las costas de la Florida y no por ejemplo a empresas chinas, como sería insoportable para los norteamericanos en su propio patio. Esto podría haber llevado al gobierno estadounidense a dar garantías a Raúl de no incentivar el éxodo, de no invadir la isla y hasta de controlar la devolución de las propiedades confiscadas.

¿A esto se debe la tranquilidad de Raúl, a pesar de contar con una buena cuota opositora en la nomenclatura interna del gobierno?, es posible. Quizá hizo correr la voz internamente, entre sus enemigos del alto escalón, secreteando la existencia de negociaciones con los estadounidenses para establecer un ‘estatus quo’ económico. De ser esto cierto, sería el reconocimiento de la autoridad de Raúl por EUA, en circunstancias en que la misma debería ser menoscabada por arbitraria, dinástica y anti democrática.

El pueblo de Cuba por su parte observa los toros desde la barrera. Todos volvieron sus ojos hacia lo que pudiera suceder en el seno de la cúpula gobernante dentro de la isla, durante el período de aparente vacío de poder dejado por el dictador, grave de salud y retirado de mando. Aparentemente y a pesar de Raúl no ser una unanimidad interna, lo que podría haber provocado un conflicto interno, centrado en la lucha por el poder entre las diversas facciones no raulistas, ha devenido en una “nueva unanimidad” a partir de los acuerdos, si estos existen, con el poderoso vecino del norte.

El petróleo, que en circunstancias anteriores hubiera sido una tabla de salvación para que las grandes potencias pusieran su mirada en la isla, probablemente será el factor que galvanice la sucesión dinástica en marcha con la bendición bipartidita (en este caso) del único país que hasta ahora había mirado con buenos ojos la democratización de la isla.

¡Que Dios nos coja confesados!

Brasil, 17 de Agosto de 2006.