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Artículos
¿Y las computadoras de Raúl Reyes al retrete?
Por Eleonora Bruzual
Los presidentes reconciliándose luego de las fuertes
ofensas de Chávez a Uribe.
No hay dudas de que esta pasada semana fue movidita… Tambores de guerra,
insultos ensayados y a coro por Chávez y sus chicos; rompimientos
apresurados de relaciones diplomáticas con Colombia… También unas
laptops que más que computadoras están resultando "Cajas de Pandora". La
muerte de otro capo de las FARC y además de una manera que deja al
desnudo que no se requieren muchas bombas inteligentes para terminar con
esos forajidos ya que entre ellos mismos, como alacranes se están
matando…
Y como si fuese poco, el viernes la "Cumbre" del Grupo de Río en Santo
Domingo, cuya transmisión por radio y TV logró récords de audiencia y
donde realmente, más allá de lo provechoso de haber quitado la palabra
guerra del panorama latinoamericano, nos mostró la realidad de un
subcontinente fatuo, ridículo, donde los insultos más grotescos son
olvidados por el agraviado que a un guiño del Maestro de Ceremonia del
guateque, se para apuradito a abrazar a los que pocos minutos antes lo
insultaban y dedicaban miradas que hacían que una diese gracias a Dios
porque las ojeadas no matan…
Correa golpea y mata al presidente Uribe con su mirada.
Ese viernes me di cuenta de cuán lejos estamos de ser del Primer Mundo…
Y ojo, no porque no crea que lograr la paz no sea lo mejor que puede
sucederles a los pueblos, sino porque estoy segura que la paz suprimida
por el combate cruento jamás se planteó… La guerra de Chávez era una
cómica de las tantas a las que nos tiene acostumbrados… Movió unos pocos
carros de combate, sacó de sus barracas a los soldaditos y reclutas, los
colocó donde se vieran y no donde conviniera a las tácticas de una
guerra… porque Chávez sabía perfectamente que negociaría, porque ante un
ejército engordado en el facilismo y la pachanga petrolera de un siglo y
el ejército colombiano curtido en medio siglo de combates, lo mejor era
buscarse quien o quienes le arreglaran el entuerto…
Y los encontró al por mayor… Toda esa Cumbre de Santo Domingo quería
serle útil al dueño del petróleo que -según él- necesita el continente
para todo este siglo XXI, y está dispuesto a dárselos a cambio del
rastracuerismo convenido, practicado y bien pagado. Además, Chávez
financia e impone otro conflicto, otra guerra distinta, una que ya tiene
tiempo y que no queremos ver. Guerra que nadie frenó en Santo Domingo.
En esa pachanga caribeña, en esa bachata rosa mezcla de son, chachachá,
corrido, samba, cueca y tango Uribe también agarró "cola" en ese arreglo…
ya que se quitaba de encima las presiones que desde el año pasado le
aplican los empresarios y comerciantes que ven en peligro sus negocios
con Venezuela…
Junto a estos dos contendores, los títeres… Rafael Correa y el
incestuoso Daniel Ortega… Así, Correa dándose cuenta que Chávez lo había
manipulado como le dio su gana, no podía disimular su ira y desilusión…
Y es que Correa tuvo que darse cuenta allí en ese salón que Chávez,
después de haberlo puesto de gallito de pelea contra el gallo fino
colombiano, lo traicionaba… Que Chávez estaba "colgando sin ser mango"
si lo llevaban a tribunales internacionales con las pruebas en su contra
que han develado las datas de las computadoras de alias Raúl Reyes, y lo
tiró al pajón y se puso a negociar parejo con los dispuestos "Catchers"
que se le brindaban solícitos a arreglarle el lío gordo que lo desvelaba…
A Daniel Ortega, un pillo de siete suelas no le costó mucho pasar del
rol de insultador por órdenes del capo mayor, a cariñoso dador de
abrazos, risas y arrumacos… Pero renglón aparte le doy a Uribe… Yo aún
no me recupero de la impresión de ver en aquella pachanga cursi, a Uribe
olvidándose de las veces que Chávez lo ha llamado asesino, ladrón,
payaso del imperio… Recuerdo que textual le dijo que era "…un mafioso",
un criminal, un mentiroso, un paramilitar que dirige un narcogobierno".
El compromiso de velar por intereses económicos de su nación bien pudo
pesar para que llegara a un acuerdo, pero la abrazadera, las carreritas
buscando a Chávez, a Correa, a Ortega de verdad me ocasionaron algo muy
parecido a la decepción. Con Chávez y su combo de malandros empoderados
me pasa que estoy curada de espantos, pero cuánto me hubiese gustado
guardar la imagen de sobriedad y pundonor de Alvaro Uribe… ¡Qué lástima!
Y me estoy preguntando qué pasará con los espantos que salen de las
computadoras de Raúl Reyes… ¿Los tiró ya por un retrete?
Desde ese viernes tengo tan fijo en mi mente la remembranza de esas
mujercitas que me he encontrado en muchas ocasiones en la peluquería
voceando a todo gañote lo sinvergüenzas y degenerados que son sus
maridos… Asegurándolo una y otra vez cada vez que las veo, hasta un día
de "Júbilo y perplejidad" en la que llegan preñadas… La bachata rosa del
viernes en Santo Domingo dejó a más de uno preñado de indignidad…
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