M.C.U.D.

 

MOVIMIENTO CUBANO UNIDAD DEMOCRÁTICA

"Trabajando juntos por Cuba Libre"

 
M.C.U.D.
QUIENES SOMOS
OBJETIVOS
INFO CUBA
OPOSICION
DOCUMENTOS
CUBA EN FOTOS
ARCHIVOS
EVENTOS
DONACIONES
ENLACES

 

 
 
Artículos


Las diez mejores cosas de Estados Unidos.
Por Dinesh D'Souza

Tras el ataque del último septiembre, nos hemos cansado de escuchar
explicaciones acerca de "porqué nos odian" y de lo malo que es Estados
Unidos. Hemos soportado interminables recuentos de la historia de la
esclavitud americana, acerca de los errores de la política exterior
norteamericana, acerca del materialismo de la vida americana y acerca de
los excesos de la cultura americana. Según la visión de muchos críticos,
tanto en casa como en el exterior, Estados Unidos no hace nada como es
debido.

Esta acusación, que socava el patriotismo de los americanos, se basa en una
comprensión estrecha y distorsionada de lo que son los Estados Unidos.
Agiganta las fallas de América e ignora no ya lo que es bueno de los
Estados Unidos, sino lo que los hace grandiosos.

En tanto inmigrante que decidió convertirse en ciudadano de Estados Unidos,
me siento particularmente calificado para decir lo que tiene de especial
este país. Habiendo crecido en una sociedad diferente --en mi caso, Mumbai,
India--, no sólo soy capaz de identificar aspectos de Estados Unidos que
resultan invisibles para quienes han vivido siempre aquí, sino además de
percibir agudamente las bendiciones que a diario disfruto en Norteamérica.

He aquí, pues, mi lista de las diez cosas más grandes de Estados Unidos.

1. América le proporciona al tipo de a pie una vida sorprendentemente
buena.

Los ricos viven bien no importa dónde estén. Pero lo que distingue a
Estados Unidos es que provee con un estándar de vida alto al "hombre
común". Vivimos en un país donde los trabajadores de la construcción suelen
pagar $3 por un galón de leche desnatada, donde las sirvientas conducen
autos de ensueño y donde los plomeros van con sus familias a vacacionar en
Europa.

Los recién llegados a los Estados Unidos se quedan atónitos con los regalos
que se pueden dar a sí mismos los "pobres" aquí. Esta realidad se dramatizó
en los 1980s cuando la CBS difundió el documental People like Us, el cual
pretendía mostrar las calamidades de los pobres durante una recesión
prolongada. En la Unión Soviética también tele transmitieron el documental,
como una manera de desmeritar a la administración Reagan.

Pero, según el testimonio de antiguos líderes soviéticos, el resultado fue
el opuesto. La gente común y corriente en la Unión Soviética pudo ver que
hasta los americanos más pobres poseían receptores de televisión, hornos
microondas y automóviles. Y entonces ellos llegaron a la misma conclusión
que yo cuando conversé con un conocido mío de Bombay que no había tenido
éxito en emigrar a los Estados Unidos.

Le pregunte: "¿Y por qué ese interés tuyo en venir a Estados Unidos?" Y me
respondió: "Porque quiero vivir en un país donde los pobres son gordos".

2. Estados Unidos ofrece más oportunidades y movilidad social que cualquier
otro país, incluidos los europeos.

Estados Unidos es el único país que ha creado una población de "potentados
hechos por sí mismos". Únicamente en América pudo Pierre Omidyar, cuyos
padres eran iraníes y que creció en París, fundar una compañía como eBay.
Sólo en América pudo Vinod Khosia, el hijo de un oficial del ejército
indio, convertirse en un audaz capitalista, el más agudo de la industria
tecnológica, y en multimillonario.

De acuerdo, los potentados no son lo usual, pero ningún país ha creado un
ambiente tan propicio como Estados Unidos para que la gente a partir de
circunstancias modestas alcance el éxito.

3. En Estados Unidos, el trabajo y el comercio son respetables, algo que no
ocurre en todas partes.

Históricamente, la mayoría de las culturas han desdeñado al mercader y al
obrero, viendo al primero como un ser vil y corrupto y al último como un
tipo vulgar y degradado. Algunas culturas, como la griega antigua y el
Islam medieval, incluso sostuvieron que resultaba preferible adquirir las
cosas mediante el saqueo que a través del comercio o un contrato laboral.

Pero los fundadores de Norteamérica alteraron esa jerarquía moral.
Establecieron una sociedad dentro de la cual la vida del hombre de
negocios, y de las personas que trabajaban para él, podía ser algo noble.
Desde el punto de vista americano, no hay nada vil o degradante en servir a
un cliente, se sea un administrador superior o un camarero.

Esa vida ordinaria que consiste en producir y sacar adelante a una familia
es tenida en más en los Estados Unidos que en cualquier otro país. Lo que
es más, América es el único país del mundo en el que se trata al camarero
de "señor", como si fuera un caballero.

4. América ha conseguido una mayor igualdad social que ninguna otra
sociedad.

Ciertamente existen grandes desigualdades en el ingreso y la riqueza en
Estados Unidos. En términos puramente económicos, Europa es más
igualitaria. Pero los americanos son socialmente más iguales entre sí que
ningún otro pueblo, al margen de las disparidades económicas. Ya Alexis de
Tocqueville percibió este igualitarismo hace siglo y medio, y hoy es
todavía más prevalente.

Con toda su fortuna, Bill Gates no puede acercarse al americano típico y
decirle: "Mira, un billete de $100. Te lo doy si me besas los pies". Lo más
probable es que esa persona mande a Bill Gates al infierno. El punto de
vista americano es que un tipo con plata puede tener más plata, pero en
ningún sentido fundamental es mejor que cualquier otro.

5. La gente vive vidas más largas y más plenas en América.

A despecho de los que protestan contra la versión americana del capitalismo
durante todas las reuniones sobre comercio que tienen lugar alrededor del
mundo, lo cierto es que el sistema americano ha dotado a sus ciudadanos con
muchos más días de vida y con los medios para vivirlos más activa e
intensamente.

En 1900, la expectativa de vida en los Estados Unidos giraba en torno a los
50 años; hoy es más de 75. Los avances en la medicina y la agricultura son
los principales responsables de ese cambio. Tal extensión de la duración de
la vida equivale a más años para disfrutarla, más espacio libre que dedicar
a las buenas causas y más tiempo para pasar con los nietos.

En muchos países las personas viejas parecen no tener nada que hacer,
excepto sentarse a esperar la muerte. En Estados Unidos los viejos son
increíblemente vigorosos y cuando la gente está en los 70s sigue empeñada
en disfrutar de la vida, incluyendo re-matrimonios y gratificaciones
sexuales, con un celo que yo encuentro intimidatorio.

6. En América el destino del joven no es el que le dan, sino el que él se
forja.

No hace demasiado me pregunté: "¿Cómo habría sido mi vida si no hubiera
venido a los Estados Unidos?"

Si hubiera permanecido en la India, muy probablemente habría vivido la vida
entera en un radio no mayor de cinco millas a partir de mi lugar de
nacimiento. Sin lugar a dudas me habría casado con una mujer de mi misma
religión y antecedentes socioeconómicos. Con toda certeza habría llegado a
ser un doctor en medicina, o un ingeniero, o un programador de
computadoras. Y todas mis relaciones habrían tenido lugar dentro del
círculo de mi comunidad étnica.

Habría recibido un conjunto completo de opiniones absolutamente
predecibles; éstas no habrían diferido demasiado de las creencias de mi
padre o, por lo demás, de las del padre de mi padre. En suma, mi destino,
en gran medida, me habría sido dado.

En Estados Unidos he visto mi vida tomar un curso radicalmente diferente.
En el college me interesé en la literatura y en la política y determiné
dedicarme a escribir. Me casé con una mujer de ascendencia inglesa,
francesa, irlanda-escocesa, alemana e indo americana.

Cuando todavía era veinteañero me encontré trabajando como analista
político en la Casa Blanca, sin siquiera ser ciudadano americano. Estoy
seguro de que no existe otro país que permita a un extranjero trabajar en
la mismísima ciudadela del gobierno.

En la mayoría de los países tu identidad y tu destino son manejados por
otros; en Estados Unidos eres tú el que los determinas. Los Estados Unidos
son un país donde tú llegas a escribir el guión de tu propia vida. Tu vida
es como una hoja de papel en blanco --y el artista eres tú.

Esta noción de ser el arquitecto de tu propio destino es esa increíblemente
poderosa idea que está tras la atracción que Norteamérica ejerce en todo el
mundo. Especialmente los jóvenes encuentran irresistible la posibilidad de
ser los autores de la novela de sus propias vidas.

7. Estados Unidos ha ido más allá que ninguna otra sociedad en el
establecimiento de la igualdad de derechos.

No hay nada que singularice a Estados Unidos en lo concerniente a la
esclavitud y el odio. La esclavitud existió prácticamente en toda cultura,
y la xenofobia, los prejuicios y la discriminación son fenómenos
universales. La civilización occidental es la única civilización que desató
una campaña contra la esclavitud basada en principios; ningún país empleó
más dinero y sangre para poner fin a la esclavitud que los Estados Unidos.

En tanto el racismo continúa siendo un problema en Estados Unidos, este
país ha hecho esfuerzos inenarrables para erradicar la discriminación,
incluso llegando a poner en vigor políticas que otorgan preferencias
legales a los miembros de los grupos minoritarios en la admisión a las
universidades, los empleos y los contratos gubernamentales. Por supuesto
que esas políticas siguen siendo controversiales, pero el punto es que, de
entrada, difícilmente una sociedad racista habría tolerado tales políticas.

Y, por supuesto, afros americanos como Jesse Jackson viven inmensamente
mejor en Estados Unidos que si les hubiera tocado vivir, digamos, en
Etiopía o en Somalia.

8. Estados Unidos ha encontrado una solución al problema de los conflictos
religiosos y étnicos que continúan dividiendo y aterrorizando a gran parte
de la humanidad.

Los visitantes a lugares como Nueva York se sorprenden de ver cómo serbios
y croatas, sikhs e hindúes, irlandeses católicos y protestantes, judíos y
palestinos parecen todos vivir y trabajar juntos en armonía. ¿Cómo es
posible cuando esos mismos grupos se insultan y despedazan unos a otros en
tantas partes del mundo?

La respuesta americana en doble. Primero, separa las esferas de la religión
y el gobierno, de modo que ninguna religión disfrute de preferencia
oficial, si bien cada cual es libre de practicar su fe del modo que le
parezca. Segundo, los derechos no se extienden a los grupos étnicos o
raciales, sino a los individuos; en este sentido, todos son iguales ante la
ley, las oportunidades están abiertas a cualquiera que pueda aprovecharlas,
y cada individuo que adopte el American Way of Live puede "devenir
americano".

Por supuesto, hay excepciones a estos principios cardinales, incluso en
América. Las preferencias raciales son una de estas excepciones, lo cual
explica porqué son controversiales. Pero, en general, Estados Unidos es el
único país del mundo que extiende carta de membresía a los de fuera.

El americano típico puede ir a vivir a la India, pasar allí 40 años y hasta
adoptar la ciudadanía india. Pero no puede "convertirse en indio". El no
puede verse a sí mismo de esa manera. En Estados Unidos, por el contrario,
cientos de millones han arribado desde las playas más remotas y con el
tiempo ellos mismos, o al menos sus hijos, se han, en el sentido más
profundo, "convertido en americanos".

9. Estados Unidos tiene la política exterior más generosa que ninguna otra
gran potencia en la historia del mundo.

Los críticos de los Estados Unidos están prestos a reaccionar a esta verdad
con escupitajos ultrajados. Inmediatamente aludirán al apoyo americano a
déspotas latinoamericanos o mediorientales, o al injusto internamiento de
los japoneses en suelo americano mientras duró la Segunda Guerra Mundial, o
a la renuencia norteamericana a imponer sanciones al régimen del apartheid
sudafricano. Con independencia de lo que uno piense acerca de estos casos
particulares, concedamos a los críticos el hecho de que Estados Unidos no
siempre ha estado del lado correcto.

Lo que los críticos ignoran es la otra columna del libro de cuentas. Dos
veces en el siglo XX los Estados Unidos salvaron el mundo: primero de la
amenaza nazi y después del totalitarismo soviético. ¿Cuál habría sido el
destino del mundo de no haber existido los Estados Unidos? Tras derrotar a
Alemania y a Japón en la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos los
reconstruyeron y hoy los tiene de aliados. En estos momentos estamos
haciendo lo mismo con Afganistán.

Considere, además, qué magnánimos han sido los Estados Unidos con la ex
Unión Soviética tras vencerla en la Guerra Fría. En la mayoría de los
casos, los Estados Unidos son una superpotencia que no ejerce de tal: no
muestra interés en conquistar y subyugar el resto del mundo. (Calcule cómo
habrían actuado los soviéticos si hubieran sido los vencedores de la Guerra
Fría.)

En ocasiones, Estados Unidos interviene para desplazar a un régimen
tiránico o para detener un abuso masivo a los derechos humanos en otro país
pero nunca se queda para gobernar permanentemente ese país. En Granada,
Haití o Bosnia, los Estados Unidos intervinieron y luego se fueron.

Especialmente, cuando los Estados Unidos entran en una guerra, ponen
cuidados extremos en evitar víctimas civiles y en minimizar los daños
colaterales. Incluso cuando Estados Unidos a bombardea la infraestructura y
los escondrijos de los talibanes, sus aviones dejan caer raciones
alimenticias para evitar el empeoramiento de las condiciones y la hambruna
de los civiles afganos. ¿Qué otro país se anda con tales consideraciones?

10. Estados Unidos, la nación más libre de la Tierra, es además la más
virtuosa.

Este punto parece irrazonable, dada la montaña de flagrante vulgaridad,
vicio e inmoralidad en Norteamérica. Algunos fundamentalistas islámicos
arguyen que sus regímenes son superiores moralmente a los Estados Unidos
porque ellos procuran fomentar la virtud entre sus ciudadanos. La virtud,
para estos fundamentalistas, es un principio superior a la libertad.

Y puede que lo sea. Y admitamos que, en una sociedad libre, frecuentemente
a la libertad se le da un mal uso. La libertad, por definición, incluye la
libertad de hacer el bien o el mal, el actuar con nobleza o con
ramplonería.

Pero si la libertad saca lo peor que hay en la gente, también le saca lo
mejor. Los millones de americanos que viven vidas decentes y orgullosas
merecen nuestra mayor admiración porque han optado por el bien cuando el
bien no es la única opción disponible. Entre las muchas tentaciones que
brinda una sociedad rica y libre, ellos escogieron el sendero recto. Su
virtud posee un brillo especial porque fue seleccionada con entera
libertad.

Por contraste, las sociedades que muchos fundamentalistas islámicos
persiguen pudieran eliminar la posibilidad de la virtud. Si el suministro
de virtud es insuficiente en una sociedad libre como la americana, es
prácticamente inexistente en una sociedad no libre como la de Irán.

Y la razón es que la virtud como resultado de la coacción no tiene nada de
virtuosa. Pongamos a la mujer a quien se le exige cubrirse con un velo. No
hay nada de modestia en eso desde que ella está obligada a llevarlo puesto.
La compulsión no puede producir virtud, lo único que puede producir es una
caricatura de virtud.

De manera que una sociedad libre como Estados Unidos es no sólo más
próspera, más variada, más pacífica y más tolerante --es también superior a
los regímenes teocráticos y autoritarios que los enemigos de América
defienden.

"Para amar a nuestro país", dijo una vez Edmund Burke, "nuestro país tiene
que ser amable." Lo que quería decir Burke es que debemos querer a nuestro
país no porque sea el nuestro, sino porque vale la pena.

Estados Unidos se encuentra lejos de la perfección y hay amplios espacios
para su mejoramiento. A despecho de sus fallas, sin embargo, la vida
americana tal como se vive hoy es la mejor vida que se puede encontrar en
el mundo entero. En el último análisis, Norteamérica es digna de nuestro
amor y nuestro sacrificio porque, en mayor medida que cualquier otra
sociedad, facilita la buena vida y la vida que vale la pena ser vivida.


El último libro de Dinesh D'Souza, un Rishwain Fellow de la Hoover
Institution en la Stanford University, What's so Great about America,
alcanzó la lista de los best sellers de The New York Times.


Traducido por J. A. Zarraluqui.


Cortesía Lic. Orlando Plá.