|
|
Artículos
Cuba libre, ¿cuándo?
Por César L. Alarcón.
“En la democracia, responsable es el legislador, el
cabildeador, su electorado”.
César L. Alarcón.
En casi cincuenta años de dictadura en
nuestra patria, nuestro exilio en Estados Unidos ha pasado por diez
administraciones tanto demócratas como republicanas.
Los cubanos desde el mismo mil novecientos cincuenta y nueve han visto y
oído de todo por parte de los propios candidatos a Presidentes,
posteriormente de los mismísimos Presidentes, sus voceros, sus asesores,
sus partidarios, congresistas, senadores, muchas campañas se han hecho y
muchos gritos de “Viva Cuba Libre” y “Conmigo seguro Cuba será Libre”. A
los cubanos como es ya clásico, al momento los embarga el entusiasmo,
los alegra la arenga, y al ritmo de ron y dominó gritan “Oísteis chico,
ahora si se resolvió el problema, aquello tiene los días contados” y se
sientan a esperar que el gobierno de Estados Unidos vaya y quite de allí
a los Castro y su "Banda Armada” como diría Luis.
Cuando se acerca el fin del mandato presidencial y no sucede nada, se
repite el “Ciclo Cubano”: “El Presidente es un traidor, le dimos nuestro
voto, y no ha hecho absolutamente nada” y blasfemamos, buscamos
conspiraciones secretas, agendas ocultas y en el intervalo nos preparamos
para recibir a través de la sargentería política local a los nuevos
candidatos quienes repetirán exactamente la “magnífica fórmula secreta”
que sus asesores le harán corear en español mal pronunciado: “Yo
prometer Cuba Libre” “Conmigo no más Castro” ... y así continuará por lo
siglos de los siglos si no tomamos correctas acciones.
Quiero hacer dos preguntas llamando a la reflexión: ¿Nuestros
representantes, voceros, líderes, han sido capaces de obtener algún
arreglo formal para que luego se cumplan las promesas de campaña antes
de ofrecer en regalo nuestro sagrado voto? ¿hemos sido capaces de
presentar a los líderes de esta nación y otras un mayoritario y viable
plan, mismo que nosotros los cubanos ejecutaremos? Al parecer aún somos
infantiles en política pues es irrefutable que nos ofrecen pero no nos
cumplen, ó acaso ¿no sabemos pedir?
Sugiero reconocer de una sola vez y por todas que la situación en Cuba y
su posible cambio depende del esfuerzo que hagamos los cubanos.
Que para lograr los cambios que queremos, que se pueden resumir en una
sola palabra “Democracia” hace falta derrocar, eliminar, aplastar a la
dictadura comunista que sí elimina toda oposición verdadera y hunde sin
contemplación a su propio pueblo manteniéndolo al límite de la asfixia.
Que para poder derrocar a la dictadura comunista hay que usar métodos
concretos y reconocidos de lucha, Desobediencia Civil y/o Lucha Armada
para forzarles a salir del poder. Panfletos, falsas unidades sin fechas
y acciones definidas no llevan a ningún lado, solamente llevan a
continuar el mismo compás de espera que tenemos, mientras sabemos la
nación se depaupera.
Que cuando exista una verdadera “Unidad con programa específico de lucha”
los fondos en su gran mayoría se entreguen a los valientes luchadores,
el dinero hace falta en Cuba y lo necesitan los que estén dispuestos a
retar a la minoría que sostiene el poder por la fuerza atropellando a la
mayoría.
En esa Unidad del exilio se discuta un plan de acción, debe ser aprobado
unánimemente, cada participante contará con voz y voto. La Unidad podrá
traer consigo la ventaja de uso de métodos de lucha apropiados y uso
adecuado de fondos según la necesidad, de la misma manera esa Unidad
generará el capital político preciso para aumentar nuestro
reconocimiento internacional.
No continuar dilapidando la mayor parte de la ayuda que se recibe en
pagar salarios a empleados de tiempo completo, oficinas, viajes,
conferencias en el exterior, todo eso es necesario, y repito para que no
quede duda, positivamente es necesario, pero por qué usar la mayor parte
de esas donaciones para eso y no enviarlas a los soldados del frente de
batalla, las guerras se ganan en los frentes, no en otros lugares, en
tiempos de batalla los soldados y sus familiares son los que necesitan
la máxima ayuda.
El apoyo que brindamos los activistas en el exterior debe ser gratuito
en alta medida, recordemos que “La Patria es Ara y no Pedestal”, es muy
fácil ser “patriota” con dinero ajeno, es muy fácil viajar y hospedarse
constantemente en hoteles lujosos con dinero ajeno, así cualquiera es “patriota”.
Lo honesto es usar el fruto de nuestro trabajo y nuestro tiempo para
invertirlo en nuestra causa libertaria, de otra manera es oportunismo
económico y político.
En nuestra patria los comunistas no les permiten trabajar a los
verdaderos opositores, de allí que es indispensable ayudarles
primariamente a ellos y sus familiares.
Una vez Cuba democrática tendremos tiempo de usar el dinero que destine
la nación para implementar programas, hacer planes de estudios y demás.
Si particulares, filántropos, quieren hacer programas y planes no
conducentes a la libertad inmediata de Cuba con su dinero, adelante,
preferiríamos que mientras dure la dictadura se destinara a la lucha
dentro de Cuba, pero no podemos decir nada, en definitiva es su dinero.
Pero el dinero nuestro, proveniente de nuestros impuestos y que dona el
gobierno para planes, debe ser para planes probados efectivos y
conducentes a la eliminación de la dictadura en Cuba a corto plazo, lo
contrario es antidemocrático y no corresponde a los principios
constituyentes de esta nación, al respecto diría nuestro apóstol José
Martí “Es la hora de los hornos, y no se ha de ver más que la luz”
Nota: El autor reconoce el alto valor del lobby
político, pero basado en su experiencia reconoce que si no se presenta
una sólida y única agenda política a nivel internacional los resultados
no serán todo lo esperado.
No es interés de este artículo analizar la traición que sufrieron los
cubanos en Bahía de Cochinos y en otras operaciones por parte de algunas
administraciones norteamericanas, el autor considera que es etapa de
avanzar con el único objetivo de la libertad de Cuba, aprender de la
historia y cuidarnos de los enemigos.
Baltimore, Maryland.
24 de abril de 2007.
|
|